martes, 22 de abril de 2014

Feliz Día del Libro: mi homenaje personal al gran Gabo

Bueno, lo primero es lo primero: feliz Día del Libro a todo el mundo, vamos, a todos los amantes de los libros, porque a los demás esto como que ni fu ni fa ni chicha ni limoná.

Ya sé que estos días estaréis saturados de oír hablar de García Márquez y muchos pensaréis: “Joder, otra vez nooooooo. Por favor, noooooooo”. 

Pues lo siento, no tengo más remedio. Porque se da la circunstancia de que “Cien años de soledad” es mi libro favorito y quien ha muerto es su artífice, para mí el más grande escritor de todos los tiempos, incluídos TODOS. Hasta Cervantes, hasta Shakespeare, fíjate. 

Pero no os asustéis, no voy a hacer un ejercicio de sesuda crítica literaria, primero porque no sabría y segundo porque a mí también me aburren mogollón. Yo, como lectora normalita y poco sospechosa de elevados criterios intelectuales (ahí tenéis, por ejemplo, mi listado de libros recomendados, que es más bien de corte populista-populachero*), soy poco propensa a lecturas de alto nivel como las de los premios Nobel, a la mayoría de los cuales he intentado leer sin conseguir pasar de la tercera página. Sí, tú no eres el único, somos muchos muchísimos.

Por eso García Márquez es un caso raro en mi curriculum lector. Y no García Márquez en general sino “Cien años de soledad” en particular. Porque para mí en esa novela está todo lo que es importante en la vida: el amor, la muerte, la enfermedad, la religión, la magia, la política, la guerra, la familia, la envidia, la cólera, el miedo, el hambre, el sexo, el bien, el mal, la corrupción… No hay un solo tema importante que no esté perfectamente retratado en la obra magna del gran Gabo. Todo lo demás que ha escrito es redundante y no se puede comparar ni de lejos con su obra cumbre.

Y el caso es que hice un primer intento de lectura y me salió rana porque no conseguí pasar del primer capítulo, y esto a trancas y barrancas, costándome un huevo. Pero un buen día eché mano de mi pundonor literario, porque tanto y tan bien había oído hablar  de la novela que tenía que volver a intentarlo. Y fue ahí, justo cuando pasé del primer capítulo, el de José Arcadio Buendía y Melquíades, que se me hizo bastante pesado, cuando entré de lleno en Macondo y ya no salí de allí ni un solo segundo hasta que no llegué a la última página.

Y además de ser mi novela favorita es probablemente la que más y mejor he estudiado. Casualmente al poco de leerla, me tocó en la carrera un profesor, Ramón Morillo-Velarde, de los Morilllo-Velarde de toda la vida (que la UCO los guarde en su gloria), que dedicó gran parte de la asignatura de "Crítica literaria" a estudiarla. Yo estaba totalmente enamorada de ese tío, me quedaba embobada en sus clases y nadie lo comprendía, porque el individuo era bastante sieso y suspendía a casi todo el mundo, pero cuando empezaba a hablar de Macondo a mí me parecía el más hermoso doncel del reino. Me habría pasado horas, días y años, cien años incluso, escuchándolo. De hecho, en el examen final puso una pregunta sobre el concepto del tiempo en “Cien años de soledad” y... tachán tachán!! Lo peté, saqué la mejor nota de la clase. Ahí sí que me explayé hablando de los ciclos en Macondo, de los Arcadios y los Aurelianos, del eterno retorno, de los nombres repetidos, de la vida que gira… en fin, creo que si hubiera hecho una tesis tendría que haber sido sí o sí sobre ese tema porque me parecía (y aún me lo parece) el más apasionante del mundo.

"Cien años de soledad" es el compendio de la vida, como ya he dicho, pero también de lo que es para mí la literatura, ese sumergirse en mundos imaginarios que alguien ha inventado para ti, esa comunión del lector con el escritor de la que tanto se habla pero que yo no he sentido nunca con nadie como con García Márquez. Luego he leído otras cosas suyas, incluidas memorias y relatos periodísticos muy personales, pero no se ha vuelto a repetir jamás esa sensación de comunicación íntima que sentí cuando entré en Macondo y conocí a José Arcadio Buendía, a Úrsula Iguarán, al coronel Aureliano, a José Arcadio el del pene portentoso, a Aureliano Segundo, a Amaranta, a Úrsula Amaranta, a Rebeca, a Remedios la bella… 

En fin, fue tanta mi afinidad con el escritor y su mundo que cuando ha muerto es como si hubiera muerto alguien muy cercano, no sé, un pariente o un amigo a quien has querido muchísimo aunque lleves años sin verlo. No como esas personas que forman parte de tu cotidianidad, no, sino como alguien del pasado que te ha dejado una huella profunda e imborrable.

Y por eso hoy, Día del Libro, cuando hace apenas una semana que don Gabriel de Macondo se ha ido, a pesar de la saturación, a pesar del bombardeo mediático y a pesar de que es imposible decir nada que no se haya dicho mil veces antes mucho mejor, no tengo más remedio que escribir este post dedicado a quien formó parte de mi vida de una manera tan intensa y me hizo tan feliz durante un tiempo que no quiero olvidar, por más años de soledad que pasen por mí.

Gabo, descansa en paz for ever. Ojalá mis hijos y los hijos de mis hijos y los hijos de los hijos de los hijos de mis hijos y toda mi estirpe descubrieran tu Macondo como un día lo descubrí yo.



*Mi lista actualizada de libros recomendados, para quien le interese:

http://arfondoalaizquierda.blogspot.com.es/2013/05/libros-recomendados.html

sábado, 19 de abril de 2014

La Corrala Utopía y sus acorralados

En estos días hemos sido testigos del circo político y mediático que se ha creado en torno a la mil veces nombrada y renombrada Corrala de Vecinos La Utopía. Para el que no esté muy puesto en el tema recuerdo los hechos fundamentales:

Hace un par de años unas cuantas familias sevillanas entraron en este edificio vacío y lo ocuparon. El edificio en cuestión había sido terminado de construir en 2010, pero como tantos otros, en el contexto de la crisis económica, ni las viviendas estaban ocupadas ni se esperaban ocupantes en fechas más o menos próximas, por no decir nunca. Las casas estaban abandonadas, dejadas de la mano de dios, por lo que este grupo de personas decidieron habitarlas, dándoles una utilidad y un mantenimiento que ni tenían ni se preveía. Las ocupantes en su mayoría eran mujeres con hijos que anteriormente habían sido desahuciadas de sus viviendas. Su reivindicación terminaba con la siguiente frase, que no es ninguna tontería: "miles de casas sin gente esperan a miles de gentes sin casa"

Pues bien, hace unos días se produjo la orden judicial de desalojo de estas viviendas y, tal como en su día la consejería de Fomento de la Junta, en manos de IU, prometió a los habitantes de la Corrala, se les concedió temporalmente otras viviendas en plan de "emergencia social", para que no se vieran en la calle al producirse el citado desalojo. Y es aquí donde empiezan el circo y la fiesta. Porque nuestra ínclita presidenta de la Junta de Andalucía, doña Susana Díaz "La Fantástica", decide que éste es el momento ideal para poner pies en pared y dejar claro que aquí la que manda en el pacto de gobierno con IU es ella. Y a ese fin no duda ni un momento en echar a pelear a unos pobres contra otros. "Noooo, ni pensarlo. Estos pobres no pueden quedarse en estos pisos porque hay otros pobres que estaban antes en la lista de espera".

A todo esto más de 500 pisos de titularidad municipal vacíos en Sevilla sin posibilidad de ser ocupados ni por los pobres de la Corrala ni por los pobres de la lista de espera ni por nadie. La cuestión era por lo visto: qué pobres tienen más derecho? Según la presidenta los pobres buenos, los que han hecho las cosas según la ley y no han ocupado ninguna vivienda, y a los que se presupone viviendo en la calle con sus hijos pero sin incumplir ni una sola normativa legal. A la presidenta, sin duda, le gustan las personas respetuosas de la ley. Es una mujer políticamente de fiar, no como los antisistema de IU, que se saltan todos los requisitos y hacen de su capa un sayo ayudando a esos indeseables de la Corrala, que seguro que son todos simpatizantes suyos... y vete tú a saber si no serán también sus votantes. Ahí queda esa terrible sospecha.

Y a todo esto, adivinad quién se está frotando las manos con todo este despropósito. Pues sí, en efecto,  ese PP andaluz al que se le ha aparecido la Virgen sin comerlo ni beberlo ni buscarlo, sin haber hecho ellos nada para merecer este regalo inesperado, salvo procesionar a todos los pasos esta Semana Santa en señal de agradecimiento sin fin. Sí, ese mismo PP que ha salido de rositas de todo este embrollo, a pesar de no haber hecho nunca absolutamente nada ni por los desahuciados de la Corrala ni por ningún otro desahuciado. Y que para lo único que se habían acordado de los pobres hasta ahora era para desmentir las cifras de Cáritas y de Save the Children sobre pobreza infantil. Pues sí, ese PP y sus 500 viviendas municipales vacías, que a día de hoy siguen igual de vacías, que se sepa.

Bueno, se están frotando las manos ellos, pero no menos sus fans mediáticos. Dicen las malas lenguas que Marhuenda anda en estado de priapismo agudo desde lo de la Corrala. De "La Razón" a "La Cope" pasando por "Inda Cero", digo por "Onda Cero"... tooooda la prensa pepera y ultrapepera está que no cabe de gozo al pensar en la forma tan oportuna e inesperada en la que el pacto de izquierdas de la Junta de Andalucía se ha ido al traste (pese a las reconciliaciones cara a la galería y demás imbecilidades que se les ha ocurrido hacer para negarlo y aparentar un patético "happy end" que no se creen ni ellos).

Ni que decir tiene que Susana Díaz se ha convertido en el ídolo mediático de la prensa de derechas. Qué valor, qué santos cojones, qué musa de la legalidad, qué pedazo de hembra, qué capacidad de liderazgo, qué... qué, qué, qué... qué maravilloso batacazo te vas a pegar, so gilipollas, que los únicos que te alaban y cantan tus virtudes por lo que has hecho son los que no votan ni han votado ni votarán jamás ni muertos a tu partido! Pero qué tía más lista, hossstia! Tienes a todos los fachas rendidos a tus pies, puedes estar contenta, bonita.

Por lo pronto tiene a todo el PP de rodillas ante ella, mil veces agradecido a la par que alucinado por haber puesto la Junta a sus pies en alfombra roja. Y la tía está tan feliz de haber demostrado sus dos cojones a base de ponerse a decidir públicamente cuáles son los pobres más pobres y más desahuciados y más mierdas de esta pobre Andalucía nuestra.  Un genio de la política, sin duda.

Naturalmente pocos votantes de izquierdas que no sean incondicionales del PSOE va a conseguir la lumbrera Díaz con esta bochornosa actuación (eso lo puede tener bien claro), pero por mucha ilusión que le pueda hacer a IU, el sorpasso nunca tendrá la suficiente envergadura para convertirlos en fuerza mayoritaria en nuestra Comunidad. O sea que...

... Los principales beneficiados de toda esta mierda quiénes son? Pues por supuesto, el PP y su nuevo líder, que deben de andar que no se lo creen, rezando a todos los santos y haciendo penitencias por partida cuádruple en esta Semana Santa.  Ea, chicos, Andalucía es toda vuestra.

Y mientras, los vecinos pobres y desahuciados de la Corrala Utopía y los vecinos pobres de las listas de espera para viviendas sociales se siguen peleando entre ellos, eso sí, en la calle, porque ninguno tiene casa. Y mientras, el pacto IU-PSOE se va al carajo. Y mientras, Susana Díaz se convierte en la musa indiscutible de la derecha española, superando en fieles a la hasta ahora imbatible Esperanza Aguirre, por entregarles en bandeja lo que nunca jamás creyeron que pudieran conseguir.

Y conste que por sus propios méritos difícilmente lo habrían conseguido, porque... a pesar de todo, a pesar de ellos, a pesar de nosotros y a pesar de todos los pesares... Andalucía es de izquierdas y hoy por hoy vota mayoritariamente izquierdas. Pero mira tú para lo que nos ha servido.

domingo, 13 de abril de 2014

El sentido de la vida

Tengo una amiga que está en un momento complicado, digamos pelín depre, y hace unos días me decía que no dejaba de plantearse el "sentido de la vida". Pues bien, desde aquí te lo digo: no te compliques, no le des más vueltas, tía, la vida no tiene ningún sentido.

Mucho antes que tú y que yo y que el otro y el de la moto, esto mismo se lo han planteado absolutamente todos los filósofos y los que no son filósofos pero piensan algo de vez en cuando, y la conclusión general es ésta: la vida no tiene ningún sentido, el sentido de la vida no existe. Salvo el que le quieras dar tú, por darle alguno, por no vivir ahí al tuntún, a la buena de dios.

A ver, me explico. Incluso aquéllos que piensan que sus vidas tendrán continuidad dejando algo para la posteridad, no sé, teniendo hijos, plantando árboles, construyendo edificios, escribiendo novelas u obras de teatro, pintando cuadros, componiendo sinfonías... Incluso ésos saben en el fondo que no tiene mucho sentido.

Porque vale, sí, eres Cervantes y escribes el "Quijote", de puta madre. Y durante un montón de siglos la gente flipa contigo, te conviertes en un clásico, en un referente cultural, eres la polla... Y ahora va y cae el meteorito 5.896.453.422 en la Tierra y te vas tú a tomar por culo, tu Quijote, tus fans, los mil estudios que se han hecho sobre ti, todos tus descendientes (si es que aún quedaba alguno)... Y nada, has pasado por el mundo para nada.

Y si eso es con Cervantes o con Shakespeare o con Los Beatles o con Goya o con Norman Foster o con Iker Casillas, ya me contarás qué sentido tiene la vida contigo o conmigo. El meteorito X, en cuestión de milésimas de segundos, se carga todo y se acabó el sentido que haya podido tener cualquier vida, desde la más cochambrosa a la más exitosa.

Pues sí, hija, sí; la vida no tiene ningún sentido; el único es el que le quieras dar tú, si es que tienes ese absurdo empeño. Y qué sentido le puedes dar a tu vida? Pues un montón, te pongo varios ejemplos:

1. Quiero ser un destroyer, vivir poco tiempo pero a tope, muy a tope. Aquello de dejar un bonito cadáver y tal. Bueno, es un sentido como otro cualquiera. No es el que quisiéramos que le dieran nuestros hijos o nuestros amigos pero no deja de ser tan válido como el que más.

2. Quiero hacer el bien. Todo el tiempo que esté en este mundo sinsentido intentaré que las personas menos afortunadas que yo tengan una vida mejor, digna al menos. Dedicaré mi vida a eso y aunque al final todos somos polvo y en polvo nos convertiremos al menos ese polvo estará menos vapuleado. Bueno, este sentido mola, no? Es como muy altruísta y muy flower.

3. Quiero pasármelo como los indios. Pero no en plan destroyer, todo el día colgado más pallá que pacá, sino viviendo a tope lo más lúcido posible. Quiero sentirme bien, vivir todas las experiencias posibles y morirme cuando me tenga que morir pero habiendo vivido plenamente. Este sentido es hedonista cien por cien y parece un anuncio de compresas; también es el mayoritario y no exige complicarse demasiado.

4. Quiero llegar a los 1.000 años, si es posible, todo lo viejo que la naturaleza y las nuevas tecnologías me permitan. Y si hace falta y encarta, no morirme nunca. Pienso mantenerme sano como una pera, comer sólo productos naturales, sin conservantes ni colorantes ni grasas poli ni trans, no fumar, no beber, no follar con gente cuyas células no hayan sido previamente analizadas, y no arriesgarme a nada que pueda echar por tierra mi plan de vida milenario.  Bueno, es una alternativa, y cada vez más in; hay un montón de peña así.

5. Quiero dejar mi huella en el mundo. Da igual que ese mundo un día deje de existir. Quiero que mis descendientes y los descendientes de mis descendientes se acuerden de mí y me conozcan por mis obras o por mis hechos. Sólo tengo un fin: que la posteridad reconozca mis méritos. Aquí lo mismo cabe Cervantes que el estrangulador de Boston o Jack el destripador, que conste. Es triste pero es así. Lo digo por si alguien se quiere incluir en este grupo y no cree tener ningún talento especial a priori. Oye, que poder, se puede.

6. Quiero llegar a mañana. Quiero levantarme y respirar. Quiero superar este cáncer. Quiero conseguir agua para beber. Quiero que mi hijo no se muera por falta de medicinas. Quiero no pasar hambre. Quiero que mis hijos no pasen hambre. Quiero un techo para cobijarme. Quiero que no me echen de mi casa. Quiero cruzar al otro lado de esa valla. Quiero VIVIR.

Sinceramente, de todos los sentidos posibles de la vida, este último es el que me parece que tiene más sentido. Todos los demás se buscan, se apañan, se afanan, se inventan... pero son totalmente vacuos e inanes al lado del superviviente, cuyo único sentido de la vida es simplemente ése, sobrevivir.

Vaya este post por y para ellos.

martes, 8 de abril de 2014

Y la palabra mágica es... 29!!!!!!!!

Continúan mis trepidantes aventuras con el personal de RENFE.

Os acordáis del maquinista de mañana de la semana pasada? Sí, al que le gustaban más mis faldas que mis pantalones. Bueno, pues esta semana está de tarde, y ayer me lo volví a encontrar en el tren de regreso. Os cuento:

3 de la tarde, último vagón, estación de Córdoba. Se me acerca el sujeto en cuestión cuando voy a bajarme del tren y me pregunta tal que así:

- Oye, perdona pero tengo curiosidad: tú qué estás estudiando?

Os podéis imaginar. Yo toda ojiplática de nuevo, primero porque se confirman mis sospechas de que esto se va a convertir en un interrogatorio diario sobre mi  vida y milagros, pero segundo y principal, porque lo que menos me podía imaginar es que nadie se pudiera pensar ni de coña que yo vengo aquí a estudiar.

La cosa naturalmente me hace gracia y me echo a reir:

- No, yo no estoy estudiando. Yo trabajo en la Universidad.

- Ah, ya me parecía. Es que llevo unos cuantos años viéndote por aquí y tenía ganas de preguntarte.

- Bueno, la verdad es que estoy ya un poco granaíta para estudiar

- Granaíta????? Bueno, nunca es tarde, y tú debes de andar por los 29 o por ahí, no?

Tachán tachán tachán!!!!!! 29!!!!! Oooooooleeeeeeeee!

Fijo que no hay una sola tía que pase de los cuarenta que lea esto y no se ponga en mi lugar y entienda perfectamente el totum revolutum de cohetes, fuegos artificiales, chispitas, rayos, truenos y centellas que cruza en milésimas de segundo por mi mente. Wawwwwww, 29!!!!! Hossstia!

29 es la palabra mágica que convierte a este hombre de repente en el señor más simpático del mundo, e indiscutiblemente en mi maquinista de la RENFE favorito.

29 es, a efectos de mis simpatías personales, el equivalente al “Ábrete Sésamo” de la cueva de los 40 ladrones.

29 es la clave que abre la caja fuerte de mi corazón.

29 es, sin lugar a dudas, el número exacto de la felicidad y el éxtasis espiritual.

Que síiiiiiiiiiii, que ya sé que este señor no se cree ni harto vino que yo tenga 29 años, ni él ni nadie, por cegato que esté. La verdad es que este señor ha dicho 29 por una de estas razones o por varias de ellas:

1. Por regalarme la oreja y agradarme (y vive dios que lo ha conseguido)

2. Por animarme a ponerme falda más a menudo (y también es muy posible que lo haya logrado)

3. Por apuntarse un tanto en mi clasificación de maquinistas de la RENFE (objetivo más que cumplido, puesto que ha pasado a ser el primero en mis preferencias)

4. Por enterarse de los años que tengo sin parecer grosero, más bien al revés, quedando como un caballero español de los de toda la vida de Dios (también lo ha conseguido, puesto que confesé ipso facto y me situé con arrojo y valentía al borde de los 50)

A decir verdad, esta última posibilidad es la más probable. Está visto que este colectivo se siente especialmente curioso con respecto a mi realidad vital y, a ver,  de alguna manera tendrán que enterarse las criaturas de los detalles más espinosos. De ahí esa cifra mágica que a mí me ha alegrado el día y que a él lo ha colocado en la pole de mi ranking ferroviario.

Pero no le puedo negar al hombre su mérito. Podía haber dicho igualmente 30, 34, 36 e incluso 40 y yo estaría tan feliz como una perdiz. Pero ese detallazo, ese esfuerzo por no traspasar la barrera de los 30, por dejarme elegantemente en la mítica veintena, pese a quedar incluso un tanto ridículo… Qué coññño, que el tío se merece un completo de falda toda la semana!

Así, sin miserias, con generosidad, con esplendidez, con magnificencia, como es una de por sí. Además, que es de bien nacía ser agradecía.

Y a partir de ahora este señor pasará a ser conocido tanto en este blog como en mis charlas habituales como “El maquinista del 29”, en honor a tan emblemática y galante cifra. Y oleeeeeee.

Ps. Mi amigo Manolo apunta otra posibilidad que no se me había ocurrido: que este maquinista quiera meter su tren en mi hangar. Ahí queda.

lunes, 7 de abril de 2014

Corrupción urbanística a precio de saldo

No sé si vísteis en su día el programa de Jordi Évole sobre la corrupción urbanística, pero fue bastante espeluznante. Este domingo lo repitieron y pensé que era obligado hacer algún comentario en este blog, tales son la sinvergonzonería y el descaro con los que funciona el soborno en este país.

Uno de los episodios más bochornosos que se trataron fue el de la concejal del municipio sevillano de Camas, Carmen Lobo, a la que intentaron sobornar unos empresarios de la zona con seis millones de euros y 3 pisos convenientemente puestos a nombre de familiares suyos y con operación blanqueo asegurada. La concejal en su día denunció estos hechos y con su propio MP-3 grabó la conversación en la que el empresario en cuestión le adelantaba un sobre con 12.000 euros el día previo al pleno en el que ella supuestamente tenía que votar según las indicaciones del constructor.

Llegado el día, la concejal votó en contra de las obras que se proponían, con el disgusto consiguiente del alcalde y demás miembros de la corporación, que estaban en el ajo y que sí habían aceptado los sobornos, y la policía se apresuró a detener al empresario y a estos personajuchos, a los que tenían intervenidos telefónicamente, porque averiguaron por sus conversaciones que pensaban enviar unos sicarios para escarmentar a Carmen Lobo por su voto negativo.

En fin, vaya por delante mi admiración hacia esta mujer que, con un sueldo bastante modesto de 1.200 euros, rechazó tajantemente la posibilidad de cambiar su vida admitiendo ese dinero y esos pisos a cambio de su voto; me parece una tía supervaliente y de honradez científicamente demostrada. Lo que ya no entiendo es que los delincuentes que fueron juzgados por estos hechos, los mismos que pensaban mandar sicarios para matar o dar una paliza a Lobo, fueran condenados a… no os lo perdáis: un año y dos meses de prisión y una multa de 20.000 euros!!!!

Vosotros creéis que ésa es manera de disuadir a nadie de delinquir? Como la misma Carmen Lobo dijo en el programa, con esa sentencia, ya confirmada por el Supremo, lo que queda claro es que la corrupción sale muy barata. Si a esos tíos no los llegan a pillar se hubieran hecho multimillonarios en un pispás, con sólo levantar la manita en un pleno. Y si los pillan pues una multita de nada y una pena de cárcel que ni siquiera han tenido que cumplir puesto que no eran reincidentes. Eso se llama “irse de rositas”.

Y por supuesto, por ese precio quién es el bonito que no se arriesga. Hay que ser una campeona de la honestidad como la concejala Lobo para resistirse a la tentación, sobre todo vista la irrisoria condena que, en el peor de los casos, te puede tocar. Alguien cree que en este país la corrupción terminará alguna vez con estos tironcillos de orejas que la justicia da a los corruptos?? Lo que no sé es cómo no se les cae la cara al suelo de vergüenza a los que hacen posibles estas aberraciones jurídicas. Y mientras el ministro Gallardón entretenido el hombre en poner a los jueces de tres en tres, no sea que alguno tenga demasiado protagonismo y salte al estrellato. Vaya panda!

jueves, 3 de abril de 2014

La reflexión nuestra de cada día: el paro

Lo que ha pasado este mes con el paro en Andalucía es exactamente el reflejo de la clase de empleo que se está creando en España. Los meses anteriores bajó el paro y subieron las cotizaciones vertiginosamente y Andalucía era la campeona mundial en creación de empleo.

Y ahora qué? Pues ahora, una vez terminada la campaña de la aceituna, todos los empleos que se crearon se van a su casita. Si alguien piensa que el problema del paro se soluciona así, que me lo explique.

No es que ya no haya trabajos como los de antes, que entrabas de aprendiz y te quedabas toda la vida. No, cuando nos quejamos de la precariedad de este empleo que se está creando no hablamos de eso. Hablamos de empleo a tiempo parcial por sueldos que no pasan de los 300 o 400 euros al mes.

Sí, se cotiza a la Seguridad Social pero con lo que se cotiza por esos contratos de verdad alguien piensa que saldremos de ésta? Y quién puede independizarse o consumir mínimamente con esos sueldos? Qué proyectos de futuro se pueden hacer si con lo que cobras a duras penas puedes pagar un alquiler, no digamos ya comer y vestirse? Acaso es mucho pedir simplemente un trabajo digno a cambio de un sueldo digno?




martes, 1 de abril de 2014

El comentario del día (Segunda parte)

Como recordaréis, en mi último post me había quedado yo algo indecisa y preocupada por el espinoso dilema de si ponerme falda o pantalón para ir a trabajar estos días de lluvia, debido al inesperado comentario del maquinista de la mañana. Pero si pensaba yo que mis cuitas ferroviarias iban a terminar ahí estaba más que equivocada; aún me quedaba el viaje de vuelta y el maquinista de la tarde.

Me monto en el tren de las 3, como siempre, último vagón. Abro mi libro y me pongo a leer. En esto que me llega por detrás el maquinista de tarde (que tampoco era el que me avisó de que los vigilantes de seguridad me la tenían sentenciada, aunque se le parece porque los dos llevan bigote) y me pregunta lo siguiente: "Esa gorra es del Atlético de Madrid?

(Inciso explicativo: la gorra en cuestión es una gorra roja, pero no es ni de béisbol ni de fútbol ni de tenis ni de ningún tipo de deporte; es una gorra de vestir, normal y corriente. Aclaro que tampoco es un horrible floripondio de ésos que muchas tías se incrustan en la frente cuando van de boda en plan mamarrachas. Vamos, que es una gorra roja normal, monda y lironda y que no había lugar a tan absurda e inquietante pregunta)

Yo, toda patidifusa, perpleja, estupefacta y ojiplática:

- Pues... no.

- Pos fíjate que yo me había pensado que tú eras del Atlético de Madrid.

De dónde coño se ha podido sacar este tío esa idea? Tanta cara de perdedora tengo? (Otro inciso: porque bueno, aunque el Atlético de momento vaya ganando la liga todos sabemos que al final la va a perder sí o sí)

- Bueno... la verdad es que sí que simpatizo con el Atlético pero vamos, que la gorra no es del equipo.

- Ah, bueno.

Y se va para su cabina, pelín cabizbajo. Pero a mitad de camino se lo piensa mejor y regresa.

- Y qué piensas del Real Madrid?

Madre mía del amor hermoso, pero esto qué coñño es? Por la mañana que si la falda de ayer molaba más que el pantalón de hoy, ahora que si soy del Madrid... Alguna cámara oculta por ahí???

- Pues no soy mucho del Madrid.

- Y del Barça?

- Bueno, el Barça me gusta un poco más.

- Vaya, qué decepción!!!!!

Cómoooorrrr, quéeeeee? O sea, que ya no es sólo que los maquinistas del tren tengan sus preferencias sobre mi vestimenta sino que también las tienen sobre mis filias y fobias deportivas!!! Qué será lo siguiente? Preguntarme si voto al PP o al PSOE? Y si les digo que voto a IU o a Vox, los defraudaré también? Me echarán la cruz, me pondrán siete velas negras como la bruja Lola?

Y de la religión para qué vamos a hablar. Cualquier día de éstos me entra algún maquinista y me pregunta si voy a misa los domingos. O si he leído el Corán. O si creo en la reencarnación. O qué pienso de Rouco Varela. Yo qué sé, ya a estas alturas y visto lo visto me lo espero todo.

Ahora mi problema no consiste sólo en plantearme cada mañana si ponerme falda o pantalón, que ya tiene tela, sino también en tener la filiación deportiva, política y religiosa adecuada. Por nada del mundo quisiera yo defraudar a los maquinistas de la RENFE, por diosssss. Que de que esta gente trabaje en unas condiciones óptimas dependen muchas vidas humanas. Y otras cuantas inhumanas.

Supongo que os dais cuenta de la enorrrme responsabilidad que ha caído sobre mí. Cada día me monto en un tren en el que van miles de personas y en gran medida depende de mí que esas personas lleguen sanas y salvas a su destino. Imaginaos por un momento que uno de estos maquinistas curiosillos y "desinquietos" me pregunta por mis gustos televisivos y se pega un tremendo sofocón si le digo que soy fan de "Tu cara me suena". Igual empieza a despotricar durante el trayecto y se ciega de la misma indignación y terminamos todos los pasajeros en la famosa Sebastopol.

En fin, entre unas cosas y otras, entre los vigilantes de seguridad y los maquinistas del tren, ir a trabajar cada día se ha convertido para mí en un deporte de riesgo. Y que luego haya quien diga que la vida no tiene emociones. Y que haya tarados por ahí que se tiran de los puentes para generar adrenalina!!!! A ésos los querría ver yo enfrentándose cada día a este Miura que es mi vida.

Ps. Al final me he puesto falda y he intentado esquivar al maquinista de la mañana para que no me vea. Infructuosamente, porque me ha visto, pero como ha sido de lejos no ha tenido ocasión de hacerme ningún otro comentario, a Dior gracias.

El comentario del día

Hoy me ha ocurrido un percance que, aunque a algunos os pueda parecer una gilipollez,  me ha perturbado grandemente. Os cuento:

Resulta que el conductor del tren de esta mañana me ha interceptado en la estación (debo añadir para mi disgusto que iba acompañado por mi enemigo número uno, el vigilante jurado de turno) y me ha espetado tal que así: “la falda que traías ayer me gusta más que los pantalones de hoy”.

Cielossssss, rayos y centellas!!!! Ya me ha jodido viva. Con ese comentario inoportuno y poco afortunado ha desbaratado de un soplo toda mi precaria estabilidad estético-emocional. Ahora qué coño hago con esta información??? Me la guiso o me la como???

Porque yo tenía pensado esta semana ponerme falda varios días, como suelo hacer siempre que llueve, por aquello que se dice de que a mal tiempo, buenas piernas… Y precisamente mañana pensaba ponerme otra vez mi mini negra ideal y divina que te mueres para compensar el previsible chaparrón que por lo visto va a caer. Y bien, qué hago ahora??? That’s the question.

Si mañana me pongo falda, tal como tenía decidido, se pensará tal vez el maquinista que me la he puesto por lo que me ha dicho él? Es un riesgo evidente que puedo correr. Y lo que es aún peor: se creerá con derecho a hacerme comentarios a diario sobre mi vestimenta, peinado y complementos? Tendré que soportar cada mañana su implacable veredicto?

En resumidas cuentas, aquí estoy dándole vueltas a tan complejo dilema. Porque no me gustaría cambiar mis planes de un día para otro ni tampoco mi costumbre ancestral de ponerme especialmente mona cuando hace mal tiempo, peeeeero no me gustaría en absoluto que este maquinista se pudiera imaginar que su opinión me influye lo más mínimo, aunque a la vista está que me ha trastornado tremendamente hasta el punto de tenerme en un sinvivir de indecisión.

En fin, vosotros qué haríais? Os pondríais falda tranquilamente haciendo caso omiso del inquietante comentario? No os volveríais a poner falda nunca más? Os pondríais falda sólo cuando este maquinista estuviera de vacaciones?

Dios mío, no pasa un solo día sin que tenga que tomar alguna decisión de trascendencia vital. Estoy verdaderamente saturada ante tanta tribulación.