miércoles, 19 de junio de 2019

TEM: Todo es machismo

Sí, ya sé que soy bastante repetitiva con el tema del machismo y el género y toda esa historia, pero es que, como lo tenemos continuamente hasta en la sopa y no pasa día en que por una circunstancia o por otra no se le llene la boca a todo el mundo del casi monotema, no tengo más remedio que volver una y otra vez sobre lo mismo.

En estos días tengo varios frentes abiertos en Twitter. Por un lado el revuelo montado por Vox por aquello de introducir el término "Violencia intrafamiliar" en lugar del archisobado "Violencia de género" en la política andaluza. Esto ha provocado la reacción indignada de un montón de asociaciones feministas, de todo su lobby mediático y por supuesto de la izquierda en general. Siempre digo que las radfem son como una religión, igual de fanáticas, que en cuanto alguien pone en duda alguno de sus dogmas sagrados arremeten como si por tu herejía merecieras todas las llamas del infierno quemando tus carnes. Si pones en duda, si discutes alguno de esos dogmas sólo cabe una posibilidad: eres de extrema derecha y punto. Y con tu desaparición de la faz de la tierra harías un enorme favor a la humanidad.

Ya he dicho muchas veces que no termino de entender por qué en la Ley se recoge como violencia de género cualquier tipo de agresión cometida contra una mujer por su pareja, aunque la causa de ese acto no tenga absolutamente nada que ver con el género. Por poner un suponer, un tipo mata a su mujer porque la odia profundamente. Se han divorciado y ella se ha quedado con la custodia de los hijos, la casa, el coche y una suculenta pensión, mientras que él se ha tenido que ir a vivir a casa de sus padres o a compartir piso con tres estudiantes, está arruinado y no tiene ni para salir a tomarse unas cervezas con sus amigos. El tío está que se sube por las paredes de indignación. Ese tipo es un machista? Eso es un asesinato de género? Eso es odio puro y duro. Ese tío considera a su ex responsable de una injusticia cometida sobre su persona; no le importa un pimiento si es mujer u hombre, sólo sabe que él está arruinado y que ella vive como Dios. Cuidao, que me conozco el percal: no estoy justificando ese crimen. Sólo estoy diciendo que el móvil no es el género ni el machismo; es algo mucho más básico, es simple, puro y duro odio, es un ajuste de cuentas, es venganza por joderle la vida.

Claro, así vemos auténticas aberraciones, como el  hecho de que un señor ayude a morir a su esposa, enferma de esclerosis múltiple, y el caso termine en un juzgado de violencia de género. Ya escribí sobre ese asunto hace tiempo. Pero si la ley dice que toda muerte de una mujer provocada por su pareja es violencia de género... pos eso es lo que hay.

No consigo entender tampoco qué les molesta tanto de que la ley pueda proteger, además de a las mujeres víctimas de esa supuesta "violencia machista"  a otros colectivos igual de indefensos o más, como niños, ancianos o personas dependientes. Por qué razón, por ejemplo, no tiene la misma protección una mujer amenazada de muerte por un hijo que la que es amenazada por un marido. Aun en el supuesto caso de que aceptemos que las causas y las raíces de esa violencia son distintas, por qué no se pueden tomar las mismas medidas contra ella? Hace meses apareció una mujer asesinada por un hijo drogadicto. Había sido amenazada y agredida por él en múltiples ocasiones. Por qué esa mujer no merece el mismo tratamiento policial y judicial que la que es amenazada por un exnovio? Me gustaría que alguien me explicara esto. Y de paso que también me explicara por qué si yo pido ese mismo trato para una y para otra mi actitud supone una ofensa a las mujeres, una grave insolidaridad hacia mis congéneres.

En fin, tengo muchísimas broncas a diario por la red por estas cuestiones. Hasta ahora nadie me ha sabido dar respuestas medio convincentes a estas cuestiones. Se ponen como fieras y me desean toda clase de desgracias futuras, a mí y a mis presuntas hijas, pero lo que es darme alguna razón para tanta sinrazón nada de nada.

La última polémica en la que estoy inmersa viene del asunto Marta Flich. No sé si sabéis quién es esta muchacha.  Flich es una economista, youtuber, actriz, escritora y comunicadora que actualmente presenta un programa de televisión junto a Risto Mejide que se llama "Todo es mentira" (TEM). En este programa tienen por costumbre dar bastante caña a políticos y periodistas (fundamentalmente a políticos y periodistas de derechas). Se supone que es un programa de humor, aunque yo sinceramente tengo serias dudas al respecto, pero bueno, a mí particularmente me divierte a pesar de su sectarismo manifiesto. En fin, tienen sus fetiches con los que se meten casi a diario y uno de ellos es el inefable y polifacético periodista-payasete-showman Eduardo Inda. Desde luego es fácil meterse con Inda porque da mucho juego y porque ya le han pillado en varios fregados, divulgando noticias falsas o directamente creándolas él mismo, además de forma bastante chapucera.

El caso es que a Inda se le inflaron los eggs con tanto cachondeo a su costa y echó mano de hemeroteca, encontrando en sus pesquisas una verdadera joya: resulta que Marta Flich, la locuaz, incisiva y risueña flageladora de fachas, fue hace años novia del mismísimo Jaime Martínez-Bordiú, nietísimo del dictador Franco. Voilà! Qué periodista se resistiría a semejante caramelito? Desde luego no el incontinente director de OKdiario, que publicó la noticia en su panfleto junto con suculentos comentarios sobre el pastizal que el nieto se gastó con esta novia, un pisazo que le alquiló en el centro de Madrid, un cochazo que le regaló y otros cuantos presentes que supuestamente procedían de la fortuna heredada del abuelito actualmente conocido como "la momia".

En fin, a mí particularmente me importa un pimiento el pasado sentimental de Flich, pero puedo entender que Inda, al descubrir ese pedazo de carnaza la haya aprovechado. No me cabe la menor duda de que si Flich o su jefe Risto Mejide hubieran tenido alguna información similar, por ejemplo, de Inés Arrimadas o alguna otra política del "trifachito" habrían machacado a base de bien día sí, día también con el tema en cuestión. De hecho no se cortan en hacer constantes alusiones a la relación íntima entre Malú y Albert Rivera, o a la de Cayetana Álvarez de Toledo y Arcadi Espada, todos ellos también personajes fetiches de Mejide que por lo visto no merecen el mismo respeto que sí se exige para la vida personal de su colaboradora.

La cosa es que desde el programa hicieron un llamamiento indignado y todo el feminismo militante saltó al unísono para defender a Marta del intolerable ataque "machista" de Inda. Yo, lo juro, flipando en colores.

Oye, que todos tenemos un pasado, y cosas en ese pasado de las que no nos sentimos orgullosos. Y es muy probable que esa relación de Flich con el nietísimo forme parte de esos hechos que una borraría si pudiera de su curriculum sentimental. Pero vamos, de ahí a considerar esto un ataque machista...  Dónde está el machismo? No lo habría hecho Inda igual si se hubiera enterado de que el que había salido con una nieta de Franco en el pasado hubiera sido el mismo Mejide?

Tachar esto de machista es intentar aprovechar el tirón del neofeminismo militante, ese feminismo de monja alférez como lo llama una amiga, en tu propio beneficio. La propia Flich no tiene el menor reparo en referirse (por supuesto con muchísimo "humor" y siempre en plan risueño, ligero y desenfadado) a la vida privada de otras personas, hombres y mujeres sin distinción, eso sí, siempre "fachas".

Me hace gracia porque estoy harta de ver por Twitter ataques constantes a Anna Grau, una periodista a la que admiro bastante por su independencia, por una relación que tuvo hace años con el escritor Fernando Sánchez Dragó, y todos esos ataques vienen de gente supuestamente progresista y comprometida con los valores del feminismo. La acusan de lo mismo que a Flich, de haber aprovechado esa relación con un "fascista" para medrar en su profesión. En todo el tiempo que llevo viendo estos virulentos ataques no me he topado nunca con ninguna compañera de profesión de Grau ni con ninguna feminista de pro montando en cólera y defendiendo su derecho a acostarse con quien le dé la real gana. Todo este revuelo que se ha montado ahora con lo de Flich ha dado lugar a una etiqueta solidaria que ha sido Trending Topic en Twitter, #StopPeriodismoMachista,  dando por sentado que el ataque a la presentadora viene provocado por el machismo de Inda y no por su infantilismo, su revanchismo o directamente por no tener un mínimo de ética periodística. Algo en lo que, por cierto, el propio Mejide no está para dar muchas lecciones tampoco.

En fin, que yo creo que al programa le podían cambiar el nombre por uno que le iría bastante mejor. En lugar de "Todo es mentira" qué tal "Todo es machismo"? No tendrían ni que cambiar el acrónimo: TEM.

lunes, 10 de junio de 2019

Helena con H

Llevo semanas pensando en escribir algo sobre Helena pero reconozco que hasta este momento había sido incapaz. Ahora creo que estoy preparada.

Helena es artesana. Le encanta trabajar con las manos. En los mercados suele poner su puestecillo de abalorios diseñados por ella y trabajados con esmero: pulseras, collares, anillos... Tiene un arsenal de adornos de todo pelaje, tamaño y color.

Helena es feminista, muy feminista. Tanto que su color favorito es el morado. Siempre lleva algo morado: camisetas, pantalones, fulares, pendientes, diademas, las uñas pintadas de morado, el pelo con tinte morado... También su puestecillo de artesanía, como no podía ser menos, es morado. Y como buena feminista de pro usa constantemente el lenguaje inclusivo y escribe las desinencias de género con x.

A Helena le gustan los gatos, pero sobre todo ama a su gatita Wapa. Le encanta achucharla, besarla, dormir abrazada a ella... Ahora desde hace un tiempo no puede estar con su Wapa pero no se olvida ni un minuto de ella. La amiga que se la ha quedado temporalmente le manda fotos y vídeos y de esa manera la ausencia se le hace un poco menos dolorosa.

Como decía, he tardado mucho tiempo en ser capaz de hablar sobre Helena, y al final quien me ha decidido es ella misma, que con gran valor ha escrito su propio testimonio. Le he pedido permiso para incorporar su mensaje en mi blog:

"Diario de una mujer sana.

En vistas de lo ocurrido últimamente en mi vida escribo unas líneas en las que pongo nombre sin miedo.  A finales de febrero me diagnosticaron un cáncer de lengua,  con lo que a mí me gusta hablar y comer! No fue suficiente con eso, sino que después de mi 28 cumpleaños me diagnosticaron el que ha sido el segundo y último cáncer de mi vida. Porque así lo decido y lo marco en la vida. Porque con dos ya aprendí la lección.  Porque la vida es para disfrutarla y agradecer. Y yo agradezco a cada amigx, familiar, a todas las enfermeras y al enfermero que me crucé en el camino,  a lxs médicxs, celadores, e incluso a la chica que conocí en la cola el día de la preanestesia de la segunda operación.  Agradezco a la vida cada oportunidad que me da y la disfruto, y río, y lloro, y canto...  porque después de muchos años (o pocos, según se mire) me he dado cuenta de que la vida es eso, es uvas con sabor a beso (como dice una gran amiga mía), es poesía dedicada, es un equipo de fútbol, es palabras cantadas, es amistades conquistadas,  es todo eso y más.

Ah, y que una madre siempre será una madre, y un padre un padre, una hermana una hermana, y mi gata la más bonita y cariñosa del mundo.

El frío de las habitaciones sólo se llena con la calidez humana; y la mía gracias a todxs está repleta de cariño, sonrisas y bellas palabras. Por esto y por mucho más: GRACIAS.

Todo es posible si lo intentas, pero hay que intentarlo bien."

Como podéis comprobar, además de todas sus otras cualidades, Helena escribe muy bien, con garra, con autenticidad, con alma. Con sus propias palabras, las palabras de una chica muy joven que en unos meses ha madurado un mundo, a fuerza de dolor, de miedo y de lucha.

Yo le he pedido a Helena que escriba, en un blog o donde ella quiera, pero que siga escribiendo; que nos hable de su dolor, de su fe, de su lucha, de sus sueños, de sus esperanzas. Quiero que cada vez seamos más los que la acompañemos en esta guera, que no le falte ni un brazo en la batalla. Que seamos cientos, miles, empujando su carro, celebrando sus victorias, animándola en las inevitables derrotas.

Es verdad que aunque todos estemos ahí, apoyándola y cerrando filas, al final la lucha es suya. Es a ella a quien le han cortado tres cuartos de lengua para volvérsela a reconstruir con músculo de la pierna.  Es ella, y no nosotros, quien lleva meses sin comer, alimentándose por una sonda nasogástrica. Tampoco somos nosotros los que hemos tenido que aprender a hablar de nuevo. Ni los que tenemos la piel quemada por la radio, ni el cuerpo cansado por la quimio. No es a nosotros a los que nos han abierto la garganta de lado a lado para sacarnos los ganglios. Esa lucha sólo le pertenece a ella porque es ella quien está peleando cuerpo a cuerpo con ese bicho, ese monstruo enorme que pretende devorarla pero al que se lo va a poner muy difícil. 

En este momento Helena es mi heroína, y me gustaría que fuese la heroína de todo el mundo. Ojalá todos los héroes en los que nos miramos fueran como ella, y no como esos descerebrados que se matan a 237 kms por hora llevándose por delante todo lo que se les cruza y a los que luego se les dedican rendidos homenajes por saber darle patadas a un balón.

Mi homenaje es para ti, Helena, porque tú sí que lo vales.

Ah, para quien no lo sepa, Helena es mi sobrina. Mi bella, inteligente y amada sobrina.

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lunes, 3 de junio de 2019

Familias

Decía Tostoi al principio de Ana Karenina que todas las familias felices se parecen pero las desgraciadas lo son cada una a su manera.  Claro, las familias pueden ser desgraciadas por muchas causas y de esas causas dependerá la clase de infelicidad que padezcan.

Yo pertenezco a una familia azotada muy duramente por la enfermedad, por varios tipos de enfermedades pero muy especialmente por el cáncer. Somos una familia que podríamos definir como... genéticamente desgraciada. Tampoco es que seamos los campeones del mundo, ni mucho menos. Conozco a otras aún más castigadas, pero sí puedo decir que somos de los que cuando vamos a cualquier médico y relatamos nuestro historial familiar casi siempre nos miran con profundo interés y mal disimulada curiosidad, como los entomólogos miran a un insecto nuevo al que les encantaría diseccionar.

En mi entorno no son infrecuentes los términos relacionados con la oncología: quimioterapia, radioterapia, tumorectomía..., en general casi todo lo que termina en -ectomía  nos resulta léxicamente familiar.

A menudo cuando a las personas les diagnostican un cáncer suelen preguntarse aquello de "por qué a mí". Nosotros ese nivel lo superamos hace tiempo; nosotros nos preguntamos "por qué otra vez?". O ni siquiera nos lo preguntamos, porque el porqué está escrito en nuestra herencia genética, sería absurdo interrogarnos sobre eso. Más bien volvemos los ojos al cielo y exclamamos con resignación y un tanto de amargura "Coño, otra vez!!!!"

Aunque pueda parecer una frivolidad yo envidio un poco a esa gente que es diagnosticada de cáncer y se tira un mes en estado de shock preguntándose con incredulidad "por qué a mí?". Es signo de que hasta el momento no había relacionado el cáncer con su persona y le cuesta digerir esa asociación. Teniendo en cuenta que según los expertos una de cada tres personas padecerá esta enfermedad a lo largo de su vida tampoco se entiende muy bien esa pregunta. Que por qué a ti? Y por qué no a ti?  Por qué sí a tu vecina, a tu compañera de trabajo, a tu asesor financiero, al frutero o al primo de tu cuñada y no a ti?

Hombre, si se trata de niños o de personas muy jóvenes la pregunta tiene cierto sentido,  porque no es lo usual, y además es especialmente duro asimilar una enfermedad a esas edades, pero si ya has cumplido unos cuantos añitos no hay nada que indique que tú nunca vas a ser uno de esos tres a los que le va a tocar el gordo. Curiosamente las probabilidades de que te toque alguna vez la lotería o las quinielas son infinitamente menores pero sin embargo todo el mundo encuentra de lo más natural que alguna vez le pueda pasar. De ahí que los juegos de azar sean de los mayores negocios del mundo.

En fin, pertenecer a una de esas familias genéticamente desgraciadas hace que todo se vea como desde otra dimensión. No sólo no mostramos esa extrañeza que suele mostrar la mayoría de la gente ante las noticias chungas, sino que tenemos cierta habilidad en normalizar al máximo nuestras vidas tras el diagnóstico y durante el proceso, tratamientos y demás.

Además, al menos en lo que a mí respecta, siempre tenemos esa posibilidad in mente. Que te duele un poco la garganta? Pues antes de pensar que tienes anginas piensas que probablemente sea un cáncer de garganta. Que te molesta una rodilla? Ya está ahí el temido cáncer de huesos. Que tienes jaqueca? Un tumor cerebral fijo.

Sí, ya sé que de hipocondríacos está el mundo lleno. Lo que pasa es que nosotros lo somos con razón, con conocimiento de causa, con la autoridad del gato escaldado. Es que en nuestro caso es perfectamente factible que una simple llaga termine en cáncer, y si eso ya nos ha pasado a alguno qué impide que un lunar aparentemente inofensivo resulte ser un melanoma o que una leve molestia en un oído termine en cáncer de tímpano?

Bueno, tampoco es cuestión de ponerle el cuerpo malo al personal. Sé que mucha gente después de leer estas cosas empieza a comerse la olla una barbaridad y a notarse sintomatología de todo tipo. No es ésa mi intención. Más bien lo que pretendo es desahogarme un poco porque lo cierto es que pertenecer a una de estas familias genéticamente desgraciadas a menudo produce bastante hartazgo y una necesita soltar un poco de lastre. Es la única válvula de escape que tenemos, soltar de vez en cuando un contundente ME CAGO EN TO!,  y como que nos quedamos más tranquilos y más conformes. Ya no somos peligrosos, no hay riesgo de que agarremos un Kalashnikov y nos liemos a tiros como hacen los americanos, que están supertarados.

Y siempre nos quedará también el consuelo de que igual que estamos en la pole en cuanto a probabilidades de que nos toquen cosas malas quién nos dice que no lo estaremos también para las buenas? Que lo mismo que la fortuna se ha fijado especialmente en nosotros para el reparto de enfermedades se puede también fijar para repartir premios más gratificantes. O no?

Vamos, que el que no se consuela es porque no quiere.