Mostrando entradas con la etiqueta Allen (Woody). Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Allen (Woody). Mostrar todas las entradas

sábado, 21 de agosto de 2021

Allen versus Farrow

He estado viendo esta serie documental sobre Mia Farrow y Woody Allen y he hecho mi crítica correspondiente en mi blog "Malos tiempos para la crítica". Pero como el tema me parece muy interesante, aparte de lo puramente cinematográfico, he decidido traer aquí mi crítica:

...........................................................................................................................

1. Esta serie es básicamente el intento de crear un relato que se contraponga al de Woody Allen. Y es totalmente lícito. Farrow está en su derecho de hacerlo, pero que quede claro que todo lo que se va a exponer en él son testimonios completamente sesgados para perjudicar al director.  En este aspecto tengo que decir que los directores Ziering y Dick han hecho un excelente trabajo de manipulación documental.

Todo empieza con una serie de insinuaciones sobre el gusto de Allen por las jovencitas. Algo que no es un secreto para nadie. Sus películas están llenas de historias de hombres maduros que se sienten atraídos por chicas muy jóvenes. Lo cual, que se sepa, hoy por hoy no es un delito. Le pueden preguntar a Farrow, que se casó a los 21 años con Frank Sinatra, que a la sazón contaba con 51. 

Si ése es el principal argumento, lo que sale en las películas de Allen, que yo recuerde jamás ha salido una relación pederasta. Con chicas jóvenes muchas, con niñas ninguna. Demuestra eso algo? A mi entender no, ni para bien ni para mal. Lo que salga en sus películas no es una prueba incriminatoria contra nadie.

2. Otro punto importante. Allen jamás ha sido acusado de pederastia por nadie más. Los únicos hechos tuvieron lugar supuestamente en una casa llena de niños y de niñeras. Alguien conoce el caso de algún pederasta que sólo haya abusado de un menor, estando rodeado de niños de todas las edades y colores?

Que liarte con la hija veinteañera de tu mujer no es para darte palmas, eso es verdad. Pero de ahí a ser un pederasta va un gran trecho.

Allen y Soon-Yi llevan 25 años juntos. No fue un polvo, no fue un capricho, no fue esa abyecta relación que Farrow y sus amiguitas testigos pretenden.

3. La vida maravillosa que Farrow pretende que llevaba su familia ha sido desmentida por varios de sus hijos adoptivos, no sólo por Soon-Yi. También por Moses, su hijo psiquiatra, que ha avalado en varias ocasiones las tesis de la hija perdida. Para quien esté interesado he aquí una carta pública de Moses explicando los hechos. Una carta completamente demoledora para Farrow:

https://cinefilosoficial.com/2021/03/23/el-testimonio-de-moses-farrow-en-defensa-de-woody-allen/

Por no hablar de los tres hijos de Mia muertos en su juventud, una por sobredosis y los otros por suicidio. Para ser una madre adoptiva tan ideal no parece que a algunos de sus hijos les hayan salido las cosas demasiado bien.

4. Woody contó en sus memorias todo lo vivido, Farrow cuenta su versión en este documental. Son relatos contrapuestos. 

A mí lo único que me vale es lo que la justicia ha determinado, y es que Allen nunca abusó de Dylan. Y que nadie me hable de poder, dinero o influencias porque el mayor productor de Hollywood está en la cárcel condenado a un montón de años por abusos. 

Es imposible que Allen tuviera más influencias que él.

5. Y por último, lo principal. Me da igual si eres fan o no de Woody Allen. La presunción de inocencia existe y hoy por hoy ante la justicia, tras haberse presentado cientos y cientos y cientos de documentos, ese hombre es inocente. No sólo no se ha logrado probar su culpabilidad sino que existen centenares de pruebas de que la auténtica víctima aquí podría haber sido él.

Malos tiempos para la verdad cuando es tan sencillo levantar un bulo, una calumnia, una injuria, y alimentarlos sin limites, pero para quien esté interesado todos esos documentos son a estas alturas de dominio público.

Aunque de todos ellos yo me quedaría sencillamente con el durísimo testimonio de Moses. Ahí está todo.

......................................................................................................................................................

Ya cada cual que se forme su propia opinión.


martes, 30 de enero de 2018

Woody nuestro que estás en los infiernos

Estoy verdaderamente horrorizada. Perpleja. Patidifusa. También desolada.

Acabo de escuchar en la radio que es bastante probable que la última película de Woody Allen, que está en fase de montaje,  jamás vea la luz. Nunca llegará a las pantallas, a ninguna pantalla. Ni de cine ni de televisión, ni de ordenador ni de nada.

Y eso por qué?

Pues sencillamente porque el director ha sido acusado, juzgado y condenado todo de un solo tacazo. Y con él su película.

Como probablemente sepáis, hace años una de las hijas adoptivas de Mia Farrow, Dylan, en medio del traumático divorcio de su madre, acusó a Allen de haber abusado de ella cuando era pequeña. En dos ocasiones dos tribunales diferentes han juzgado este caso y en las dos Allen ha sido absuelto.

Pero eso da igual. Estamos en la era del #MeToo, y es suficiente con que alguien acuse a alguien para que automáticamente la condena moral y social, también laboral, recaiga sobre esa persona. Pruebas? Para qué? Si una persona afirma haber sufrido abusos es que es verdad, no se lo va a inventar. Un juicio justo? Venga ya, qué mejor juicio que el popular! Chorradas!

Malos tiempos para la presunción de inocencia, amigos. El caso Allen ni siquiera es comparable en absoluto a los de Harvey Weinstein o Kevin Spacey, ambos acusados por multitud de mujeres y hombres respectivamente, ambos considerados verdaderos depredadores sexuales en sus entornos. Allen sólo ha sido acusado por esta niña, y ya digo que el caso fue visto en dos causas distintas y que fue absuelto.

Pero hay algo mejor que una condena judicial, que es una condena social. Y esa condena tiene que ser completa y ejemplar. En ella no puede caber duda de connivencia o de perdón. Y de este modo no sólo hemos llegado a casos esperpénticos, como el de rodar de nuevo una película en la que salía Spacey para evitar que el actor apareciera en los créditos. No, no basta con eso. Ya hay quien aboga por dejar de distribuir películas o cualquier obra de arte en la que haya participado algún acusado de abuso. Y así se han cancelado exposiciones de fotografías de algunos artistas también acusados por modelos, se han dejado de emitir por televisión películas previamente programadas por haber sido producidas por Weinstein o interpretadas por Spacey, y ahora esto, la última de Woody condenada a muerte sin haber llegado a ver la luz.

Sabéis la de películas que ha producido Weinstein? Todas las de Tarantino, las tres de El señor de los Anillos, el musical Chicago, El indomable Will Hunting, Los otros, El discurso del Rey, etc. etc. etc. etc. Sería fantástico, maravilloso, propio de un mundo ideal libre de pecado que alguien decidiera que ninguna de esas películas volvieran a ser emitidas nunca más por televisión ni editadas en vídeo, que se las borrara de Internet, de todas las plataformas digitales, que hiciéramos como si nunca se hubieran rodado ni las hubiésemos visto. No sea que por haberlo hecho, por haber gozado de ellas o por volver a gozarlas seamos cómplices de sus horribles creadores, y eso sí que no, nunca, jamás.

Ya no es que todo esto sea una ola de puritanismo, como la definían las 100 mujeres francesas firmantes del manifiesto contrario al #MeToo. No, estamos ante una verdadera caza de brujas al más puro estilo del tristemente recordado Macartismo, cuando bastaba con la insinuación de alguien sobre la ideología comunista de una persona para ponerla en la picota y destruir su carrera y su reputación. Cualquiera que tuviera motivos para odiar a alguien podía denunciarle tranquilamente y ya estaba en el punto de mira del senador y sus secuaces. La puta Inquisición.

Y mientras la sociedad juzga y condena no sólo a estos acusados sino de paso toda su obra artística, el flamante presidente de los Estados Unidos, que de ése sí hay pruebas más que contundentes de que, abusando de su poder y su estatus empresarial, le ha metido mano a media América y además se ha jactado de hacerlo... pues eso, el ínclito Trump paseando libremente por el mundo, dirigiendo y decidiendo sobre el destino del planeta entero y sin que nadie se atreva a toserle.

America first, America first.

Asco de mundo!

Woody Allen, Requiescat in pace.

Adiós amigo.