- Eso que llevas es una falda o una camiseta larga?
- Es una falda, obviamente.
- Qué pasa? Que no la había más corta? Poco más y se te ven los pensamientos.
- Lo dudo mucho. A ver, tú qué ves por debajo de la falda?
- Pues tus piernas.
- No, no ves mis piernas. Es imposible que las veas. Lo que ves son unas mallas térmicas tupidas que te impiden ver mis piernas.
- Pos es verdad, tú.
- Otra cosa es que te haga ilusión creer que ves mis piernas.
Vuelvo sobre el tema del post anterior.
Mi forma de vestir suele ser objeto habitual de controversias, comentarios, opiniones y análisis variados. En general la gente opina que voy algo fresca y descocada, tanto si voy de verdad como si no. Por eso con frecuencia mantengo diálogos como el que inicia este post.
La realidad es que yo soy la tía más tapada del mundo en invierno. Cuando salgo por las mañanas de casa es completamente imposible ver un solo trozo de carne mío. Lo más próximo a mi opacidad matinal es el burka. Sin embargo mucha gente piensa que voy medio en pelotas. Ocurre con frecuencia cuando me pongo falda encima de las mallas. Puro efecto óptico, el efecto falda.
Me pasa también cuando voy en la bici, ya lo he contado más veces. Si voy con mallas a pelo no pasa nada pero si me planto una falda encima de las mallas automáticamente los tíos que se cruzan conmigo agachan la cabeza, que cualquier día alguno se pega una hostia con el coche por mirar, encima para no ver ni un pijo. Una muerte muy tonta, ciertamente.
Cuando veo a alguno contorsionarse para mirar siempre pienso:
- Pero qué haces, desgraciao? Si no se ve naaaaaaaa!
Oye, que no voy a negar que tengo tendencia al descoque, eso es así. Es verdad que en verano llevo lo mínimo de ropa, que es lo que se debe de llevar cuando se vive en una ciudad en la que la tónica general estival son los 40 grados. No es culpa mía que la gente se tape tanto. Yo tengo calor y en consecuencia llevo poca tela. Pero cuando voy recatadamente vestida no me da la gana que me digan que voy medio en pelotas.
En cuanto empieza el frío esta que suscribe desaparece literalmente bajo la ropa. Bien es verdad que llevo varias capas, con objeto de irme quitando y poniendo en función de la temperatura exterior. Y así, si por ejemplo pasamos de 4 grados por la mañana a 24 por la tarde (como hoy, sin ir más lejos) llevo suficiente ropa encima como para estar agustito en cada momento. Que voy por la mañana en la bici con un frío que pela? Pos tapá como una mora de la morería. Que luego me tomo una cervecita a las 2 de la tarde al sol? Pos me quito de aquí y me quito de allá y ni paso frío ni paso calor.
Tal vez por eso mucha gente me dice:
- Tú no vas mu fresquita pa las fechas que son?
Pos mira, no. Porque aunque sea 20 de diciembre, estamos a las 2 de la tarde a 24 grados y yo voy perfecta para esa temperatura. Y si llevo manga corta es porque a 24 grados pega la manga corta. O si estoy en la biblio, con el suelo radiante a tope y todo el mundo pegando resoplidos de asfixia, pos yo me quedo con mi camiseta de tirantes y estoy ideal de la muerte. La que quizás vaya como el culo eres tú, con ese jersey de lana de cuello alto que vas a criar chinches. No es culpa mía que no sepas vestirte para vivir en un sitio en el que la temperatura puede oscilar entre el frío de un congelador y el calor de un horno.
Por eso desde aquí, mi lugar favorito de expansión pública, concluyo dejando bien claros varios puntos:
1. Efectivamente cuando hace calor me descoco. Y el que no quiera pasar calor debería hacer lo mismo.
2. No, no son mis piernas lo que ves bajo mis faldas en invierno. Lo que ves son mallas o leotardos tupidos tupidísimos. No te hagas ilusiones.
3. En verano, cuando sí que ves mis piernas, tampoco vas a ver mucho más porque siempre llevo un pantaloncito debajo de las faldas.
4. Cuando yo quiero enseñar, enseño sin tapujos ni disimulos. Y soy de la firme opinión de que lo que se hayan de comer los gusanos mejor que lo vean mis hermanos. Pero cuando no estoy enseñando nada no estoy enseñando nada. Aunque tú puedas pensar que me lo estás viendo todo. Igual el problema es tu mente calenturienta. A que no lo habías pensado?
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