Como a estas alturas todos sabréis (si no estáis muertos o muy perjudicados), el temible y letal virus ébola ha llegado a casa. Durante meses se ha estado cargando peña a mansalva, principalmente en países africanos, sin que a nadie le preocupara demasiado el asunto, pero ha bastado que se contagie una auxiliar de enfermería en un hospital madrileño para que todo el mundo haya entrado en modo pánico y el ébola se haya convertido en el tema estrella de la semana.
No voy a hacer sangre con las declaraciones del consejero de Sanidad de la comunidad madrileña porque bastante le han dado ya por todas partes. Sus declaraciones según las cuales aprender a ponerse un traje protector no requería un máster, tendentes a culpar a la pobre auxiliar Teresa de su contagio y a quitarse él el mochuelo de encima, han tenido la respuesta que merecían en las redes y en la calle. Desgraciadamente en la agenda pepera de destituciones no, pero a eso ya estamos acostumbrados.
Dentro de la histeria colectiva en la que hemos entrado llama la atención la que se ha montado en torno al perro Excalibur, la mascota de la auxiliar infectada. Al pobre Excalibur no le han dado muchas oportunidades y, ante la duda de que pudiera haberse contagiado, se lo han cargado sin miramientos. Algunos han señalado que es bochornoso lo que se ha liado en defensa de este perrito en comparación con la indiferencia que nuestra insensibilizada sociedad ha mostrado hacia las miles de personas muertas a causa del ébola en el continente vecino. Totalmente de acuerdo.
Como yo no me he movilizado ni por los miles de muertos africanos afectados por el virus ni por la muerte de Excalibur doy por sentado que estoy libre de pecado. Así pues hablaré desde la neutralidad que he demostrado al no ponerme a chillar como una cerda en la calle para salvar a la pobre mascota.
Tenía sentido matar a Excalibur? Y si lo tenía, no habría que matar asimismo a todos los perritos con los que se haya podido cruzar desde el contagio de su dueña? Todos esos perritos con los que se habrá olisqueado los culos en el parque o en la calle. Todos los que habrán chupeteado sus meadas, todos esos amiguitos que los perros van haciendo a lo largo de sus paseos. Si Excalibur era un peligro... no lo serían igualmente todas las mascotas que tuvieron contacto con él? Y ya puestos, qué pasa con sus dueños? Si un perro ha chupeteado la orina de Excalibur y se ha contagiado de ébola, y luego su dueño ha recogido con sus propias manos las heces caninas, y se ha dejado lamer e incluso ha estado toqueteando sin precauciones al animal... no debería ser también aislado o sacrificado?
Dónde termina la histeria y la sinrazón en este tipo de historias? A mí tampoco me parece normal la que se ha montado para salvar a Excalibur. Y no entiendo que un perro consiga movilizar más a la gente que miles de personas muertas por un virus letal. Pero... sacrificarlo tenía algún sentido? No hubiera sido una oportunidad estupenda de mantenerlo aislado, tomándole muestras diarias para averiguar si es posible el contagio del ébola a animales, y si lo fuera cómo reacciona el virus en sus organismos? He oído estos días a varios expertos en enfermedades infecciosas quejarse amargamente de que se ha perdido una ocasión única para investigar sobre este mal, que es exactamente lo que se ha hecho en los USA con la mascota de la enfermera también contagiada.
Un momento! Investigar???? He dicho investigar???? Me he vuelto loca o qué???? Investigar en España???? Éste es el país del que los científicos tienen que largarse si quieren llevarse una cuchara de lentejas de vez en cuando a la boca. Éste es el país en el que si quieres dedicarte a la investigación no tienes más remedio que comprarte un billete de avión hacia el infinito y más allá. Éste es el país en el que importa una puta mierda que seas una lumbrera en lo tuyo; el país en el que resulta mucho más rentable dejarte la dignidad en "Mujeres, hombres y viceversa" o en el Gran Hermano de turno para luego poder acudir al polígrafo del Sálvame Deluxe a contar... qué fuerrrrrrrte qué fuerrrrrrte... lo que dijo Marijennifer de Lolipepi por lo bajinis en el camerino de Telecinco. Éste es el país en el que la investigación es una ordinariez. Investigar para qué? Si tenemos Magaluf!
Lo siento sobre todo por Teresa, porque bastante mal lo estará pasando la mujer como para tener que hacer frente además a la muerte de su perrito, si es que consigue salir de ésta. Y lo siento también por el absurdo y errático país en el que me ha tocado vivir, donde todo es cortoplacismo y precipitación y donde las decisiones racionales y razonadas siempre han brillado por su ausencia y siempre brillarán. Y por supuesto, por Excalibur, que pasó los últimos días de su vida solo, sin sus dueños, y probablemente muy asustado, mirando estupefacto a todos esos desconocidos que chillaban histéricos en la calle mientras recibían palos de la policía. RIP, Excalibur, pobre víctima canina de la estupidez humana.
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