Os cuento la última mamarrachada feminista: el Ministerio de Igualdad le ha concedido un premio a la directora del docudrama de Rociito y a la presentadora del espacio, Carlota Corredera, por la inestimable contribución de ambas a la lucha contra la violencia de género.
Simultáneamente la cadena en la que se emitió esa docuserie, en la que tanto la protagonista como todos los colaboradores y "expertos" que la estuvieron analizando, se saltaron a la torera totalmente la presunción de inocencia del ex marido de la susodicha Rociito... pues simultáneamente en esa cadena se ha empezado a emitir otra serie documental, ésta sí una auténtica serie documental, un verdadero trabajo de investigación, sobre el caso de Dolores Vázquez, una mujer que estuvo en prisión muchos meses por un asesinato que no había cometido y que previamente había sido juzgada y condenada por los medios de comunicación en uno de esos juicios paralelos a los que tan acostumbrados nos tienen. Y entre esos medios muy especialmente por la propia cadena que ahora emite el documental. Por si alguien no lo ha visto y está interesado en el caso de Dolores dejo aquí enlace a la crítica que hice en mi otro blog y en la web de Filmaffinity.
https://malostiemposparalalrica.blogspot.com/2021/11/dolores-la-verdad-sobre-el-caso.html
Antonio David Flores (en lo sucesivo AD) estuvo contratado por la Fábrica de la tele, productora del docudrama, durante dos años. Se le estuvieron renovando los contratos mientras se grababa la serie y en la cadena todo el mundo sabía que tenían sentado en el plató a un "maltratador". Pero les interesaba ir cebando el producto, y lo dejaron allí hasta el día del estreno, en el que lo expulsaron en vivo y en directo para regocijo de la amada audiencia.
Un juzgado de lo laboral ya ha dictaminado que es despido improcedente y ha condenado a la productora a pagar una buena indemnización. Pero eso no es lo más importante. Lo principal es que en la justificación razonada de la sentencia se habla de las prácticas perversas de la productora, de cómo pretendieron humillar al trabajador sometiéndole a un juicio paralelo por unos delitos gravísimos que la justicia había sobreseído tras años de analizar las pruebas presentadas por ambas partes. Un juicio paralelo muy parecido al que en su día fue sometida Dolores Vázquez por un asesinato que no había cometido, únicamente porque a la prensa no le gustó su cara y la tía caía mal. Como cae mal AD por haber vivido durante años de contar sus miserias conyugales en programas de telebasura. Lo que no da derecho a nadie a condenarlo por delitos que no ha cometido.
Por eso estoy tan implicada en este asunto. Porque desde el día que vi de lo que iba la famosa docuserie y cómo de repente aquello se convertía en una especie de causa feminista, con la llamada en directo de la ministra del ramo, convirtiendo a Rociito en la adalid de la violencia de género, en la representación viva de las mujeres maltratadas... el asco fue tan tremendo que no tuve más remedio que posicionarme.
Unos meses después el propio Ministerio de Igualdad premia ese juicio paralelo, premia a ese programa de telebasura en el que se condena a un hombre que ya había sido exonerado por la justicia de ese delito gravísimo, castigando de paso a toda su familia y sometiéndola a un acoso mediático y en redes sociales totalmente insoportable.
En estos meses se ha comparado en programas de esa productora a su ex empleado AD con José Bretón o con el padre de las niñas asesinadas en Tenerife. Se le ha acusado del peor de los crímenes contra sus propios hijos, y también se ha comparado a Rociito con esas madres de niños asesinados. Hasta ese punto de demencia han llegado.
Se ha tachado de negacionistas y cómplices de violencia vicaria a todos los que han puesto en duda todo este despropósito. Periodistas díscolos, youtubers como Albert Doménech o Lapidario... que han criticado con dureza las prácticas periodísticas éticamente reprobables de la cadena, son objeto de ataques furibundos por parte de la propia cadena y de los partidarios de Rociito.
Y ahora va el Ministerio de Igualdad y le da un premio a esta gente por su contribución a la lucha contra la violencia de género. Cuando ellos mismos han generado más violencia mediática de la que son capaces de gestionar. Todos los días son TT en Twitter, no os podéis ni imaginar el nivel de polarización y de violencia verbal que todo esto ha generado.
Amigos, esto no es ninguna tontería, no es un caso de telebasura sí o no... Esto ha traspasado límites políticos, esto es un ataque directo a la justicia y a la presunción de inocencia. No valen los golpes de pecho con el caso de Dolores Vázquez y luego hacer exactamente lo mismo con otras personas ante la mirada bovina de la sociedad, que todo se lo traga y todo le resbala. Total, como el tío es un capullo que lleva toda la vida haciendo el imbécil en Telecirco...
Claro, como Dolores Vázquez era una tía muy antipática con mirada de asesina que jamás lloraba ante las cámaras y que rehuía la mirada de los periodistas...
Algunas personas me han comentado su extrañeza por mi activismo en Twitter en defensa de la Marea Azul. Pues bien, aquí está la respuesta. Yo no defiendo a AD ni a su familia ni pertenezco a esa marea ni a ninguna otra. Yo defiendo la presunción de inocencia y ataco los juicios paralelos, las jaurías humanas que se consideran con derecho a lapidar a quienes consideran culpables sin más pruebas que las presentadas en platós de televisión. En platós de telemierda.
Eso sí, jamás han mencionado en ninguno de sus programas el caso de Carlota Prado. Una concursante de Gran Hermano que fue violada en vivo y en directo por su novio ante las cámaras mientras estaba inconsciente por intoxicación etílica. "Sólo sí es sí, hermana, yo sí te creo". Y después de cometidos los abusos, la encerraron en una habitación llamada "Confesionario" y un tipo al que conocen como "El Super" le mostró las imágenes. Sola, horrorizada, sin ningún tipo de apoyo psicológico profesional, tuvo que ver cómo mientras estaba completamente grogui su novio había abusado de ella ante miles de personas que estaban viendo esas imágenes. La muchacha, como un animal enjaulado, daba vueltas por la sala, gritando, llorando y aporreando las paredes, pidiendo que la dejaran salir. La respuesta del Super fue que se tranquilizara y que esa historia no podía salir de allí, sería un secreto entre ella y la productora. Con el tiempo Carlota denunció a su ex novio y a la Fábrica y esas imágenes fueron filtradas a la prensa, probablemente por su abogado. Pero de eso no oiréis hablar ni media palabra en esa cadena adalid del feminismo, ni se lo oiréis jamás a la premiadísima Carlota Corredera, cuyo marido estaba entre los cámaras que visualizaron en directo los abusos a Carlota Prado. Nadie sabe nada, nadie recuerda nada.
Querido Ministerio de Igualdad, seguid dando premios a esta gentuza. Seguid usando vuestro poder y nuestro dinero, esos 520 millones de presupuesto que tendréis en 2022, para dar vuestro beneplácito a este tipo de prácticas de mierda.
Mamarrachas!