Leo el artículo de Javier Cercas titulado ”El francotirador y Manolo el del Bombo”* y siento cuán necesarias son sus aclaraciones. En este país basta con que se haga una crítica contra el nacionalismo catalán para que automáticamente el bando nacionalista español te intente abducir y llevarte a su redil. No está de más aclarar que si uno abomina del primero no abomina menos del segundo y de la torpeza con la que está afrontando todo este asunto del creciente sentimiento independentista en Cataluña.
Yo misma he sido testigo de cómo algún famoso locutor de radio de reconocido sentimiento nacionalista español ha intentado en su programa arrimar el ascua de Cercas a su sardina aprovechando los artículos críticos del escritor contra el nacionalismo catalán, dando muestras con ello de no haber entendido nada de nada de su discurso claramente antinacionalista.
Por eso la aclaración de Cercas era justa y necesaria, porque además su postura es compartida por muchas personas, entre las que me encuentro. Yo tampoco entiendo muy bien que la única respuesta del nacionalismo español a lo que está sucediendo en Cataluña sea simplemente decirles una y otra vez que su referéndum es ilegal y que no se les va a consentir hacerlo. Resulta patético este intento de hacerles desistir atendiendo a la legalidad, sobre todo teniendo en cuenta que desde la funesta sentencia del Constitucional sobre el Estatut los catalanes se pasan a este Tribunal por el forro de los calzones, además con toda la razón.
Un estatuto de autonomía que ya había pasado por todos los filtros, incluidos el del Parlamento español y el del refrendo de los propios catalanes, no podía ser considerado inconstitucional sin que esto tuviera graves consecuencias. Y claro, de aquellos polvos vienen estos lodos, sin que entre las preclaras mentes de nuestro actual gobierno nadie parezca darse cuenta de la evidente relación entre ese ominoso recurso, la posterior sentencia y el creciente sentimiento independentista en Cataluña. Por no hablar de aquella vergonzante campaña auspiciada por el PP para boicotear los productos catalanes con la pueril pretensión de castigar de esa forma el voto soberano pero díscolo del pueblo catalán.
Por eso, Javier, muchas gracias por expresar con claridad meridiana que si a los que nos sentimos antinacionalistas de corazón no nos gustan los unos todavía menos nos gustan los otros y que para sus miserables guerrillas no cuenten con nosotros. Y que si tienen un problema de tensión sexual no resuelta, que se junten, se follen mutuamente los unos a los otros y a los demás nos dejen en paz de una puta vez. He dicho.
* http://elpais.com/elpais/2014/03/28/eps/1396022491_151998.html