miércoles, 9 de mayo de 2012

Mi biblioteca particular

Ayyyyy, las bibliotecas personales! Qué mundo! Y cuán cierto es que la ordenación de los libros en una biblioteca lo dice todo de su propietario! Cuántas cosas podría yo contar al respecto!

Cuando yo me mudé a mi casa actual decidí dedicar una habitación a cuarto de estudio-biblioteca, la llené de estanterías y pensé: “por fin podré tener una biblioteca con todos mis libros perfectamente organizados”. Eso reflejaría mi personalidad equilibrada, ordenada, disciplinada, armoniosa, fina y segura.

Hice una primera división. Diccionarios y enciclopedias al principio; luego colecciones completas (que quedan muy monas); después morralla varia (ésta sin orden ni concierto porque tampoco tenía mucho interés en encontrar nada de ahí), y por último mi amada literatura. Ésta la dividí primero en autores españoles e hispanoamericanos por un lado y escritores en lenguas extranjeras por el otro, y dentro de cada una de estas divisiones, los puse por orden alfabético. Al final dejé un espacio para literatura infantil y juvenil. Todo perfecto, maravilloso. Era tan feliz!!!!

6 años después de aquel momento único, la convivencia con un Diógenes vocacional ha convertido mi obra de arte bibliotecaria en puro caos. Poco a poco me fueron colocando papelotes, primero encima de los libros, luego delante, y finalmente encima, debajo, delante, detrás y por todas las partes. Imposible encontrar un libro entre tanta carpeta, archivador y legajo… Y si tienes la suerte de encontrarlo, ni pensar en devolverlo a su sitio que, de seguro, estará ocupado por algún documento indefinido cuando lo intentes.

Si hoy alguien quisiera encontrar algo de mi personalidad en mi biblioteca no tendría más remedio que concluir en que estoy como una cabra.

A veces pienso que debería volver a intentarlo, reorganizarla y revivir aquel momento inolvidable de perfecta armonía interior y exterior, pero rápidamente desisto. Antes tendría que matar a mi Diógenes, y la verdad, no me parece buena idea.

1 comentario:

  1. Un beso de otra equilibrada, ordenada, disciplinada, armoniosa, fina y segura.
    Tu amiga María que te sigue leyendo y buscando en cada rincón de la interné.

    ResponderEliminar