sábado, 31 de julio de 2021

Mis primeras nuevas vacaciones

Hola amigos. 

Hace tiempo que no escribo, pero es que he estado bastante liada. Entre que en mi nuevo trabajo voy a tope y prácticamente no tengo nada de tiempo, y que cuando estoy fuera me he enganchado al culebrón marea fucsia versus marea azul (sí, yo también he caído en las garras de la telemierda, y me declaro inequívocamente azul) pues eso, que no veo momento para sentarme y contaros algo. Tampoco es plan de convertir esto en un blog temático sobre el culebrón de Mierdaset que me apasiona ahora mismo, para mi vergüenza, así que prefiero comentarlo en Twitter y dejar  este espacio personal para otras cosas.

Bueno, pues os cuento. Hoy he empezado mis vacaciones de verano. Gracias, sé que interiormente me estáis felicitando. Y ahora mismo veo por delante un maravilloso paraíso de relax, libertad y tiempo disponible totalmente para el asueto; promesas de lectura, escritura y suculentos placeres que probablemente al final del verano no se habrán cumplido en su totalidad. O sí, quién sabe?

Pero quería empezar dedicando un ratito a mi abandonado blog. A contaros cosillas, como por ejemplo, cómo sigo flipando en mi nuevo curro. Os juro que es la primera vez en años que llegan las vacaciones y no estaba completamente quemada, más que la pipa un indio, deseando que llegara el día. Y palabrita que en mi anterior trabajo no estaba mal en absoluto, al revés, estaba encantada. Pero me pegaba unos madrugones que pa qué, pasaba horas esperando trenes,  que se me estaba poniendo una cara de Penélope que pa qué. Y en verano tenía que llevar en mi cesta de la bici un espray de agua para remojarme por el camino y no caer muerta. Vamos, que llegaba a ese soñado primer día de vacaciones totalmente reventada. 

Hoy he salido del curro a la 1,15, lujazo máximo, y cinco minutos después me estaba tomando una cerveza con mis hijos en el barrio para celebrar el momentazo. Al fin libreeeeeeeee! Pero esta vez, la primera en años, no estaba agotada, no estaba loca por ver llegar este día. Al revés, no me hubiera importado seguir en esta tónica laboral y luego haberme tomado las vacas en septiembre. Puede dar asco y lo entiendo, tal como está este jodido mundo, pero es que tengo que decirlo. Es una experiencia nueva y necesito compartirla.

Las últimas tres semanas he trabajado de mañana y en jornada reducida de cinco horas. La hora de levantarme era perfecta, las 7, 35, puesto que normalmente estoy despierta mucho antes, y además en el verano cordobés apetece bastante salir de la cama y respirar aire fresco matutino. Si además vas a trabajar en bici y sientes ese airecito de primera hora de la mañana en la cara es un gustazo difícil de explicar a los que no lo hayan experimentado. Mola muchísimo, pero mucho mucho mucho.

Luego llegaba al curro. Apenas había usuarios, así que me dedicaba a mis libros, no paraba en toda la mañana, y se me hacía cortísima la jornada porque cuando acordaba no me había dado tiempo de hacer todo lo que me había propuesto. Cuando chapaba, cogía mi bici, llegaba a casa en un pispás. Cambiarme de ropa, ponerme el bikini, coger la toalla, mi libro, una cerveza y a la piscina. Chapuzón brutal, de cabeza al agua. Luego, tumbamiento, lectura y relax absoluto. Y pensaba: hosssstia, tía, esto es vidorra! Eres la puta ama! Pero la puta ama! Cómo coño no se te había ocurrido hacer esto hace años?  

Entenderéis, pues, que no tuviera ninguna prisa en que llegaran las vacaciones. Bueno, también es verdad que yo en verano no me muevo de Córdoba. Supongo que la gente que está deseando coger vacaciones para largarse a otro sitio no puede entender esto. Pero es que yo aprovecho el verano para disfrutar de que todos mis vecinos se piran a sus apartamentos en la playa o donde quiera que se vayan, que se van todos en plan desplazamiento masivo, y me dejan las instalaciones de la Comunidad para mí solita.

Llevo años diciéndolo: Córdoba puede ser un paraíso en verano si estás en el sitio adecuado con las condiciones precisas. Yo lo estoy. Mi paraíso es ése: soledad, silencio, condiciones de vida óptimas y un nivel de preocupaciones cercano a la nada.  Hay aparcamiento en todas partes, puedes ir de compras tranquilamente, incluso puedes ir a cenar a esos restaurantes que en cualquier otra época del año tienes que reservar con meses de antelación. Es la polla! Por nada del mundo jodería esa maravilla largándome a algún sitio vacacional rodeada de gente ávida de bullicio veraniego. Para mí no hay mayor placer que una refrescante piscina solitaria, un buen libro y el canto de los pajaritos como único sonido de fondo. Y mi perra en la terraza más a gusto que un arbusto.

Lo bueno de ser rarita es que en verano te reconcilias con el mundo, porque ellos se van, tú te quedas y piensas que la vida es realmente bella. Luego, cuando vuelven, hay un pequeño shock, es verdad,  pero el impacto es mínimo porque lo hacen despacito, poco a poco, y apenas te das cuenta. Cuando acuerdas, están todos aquí y ha llegado el otoño. Pero te consuelas pensando que septiembre y octubre tienen un montón de fiestas y que pronto es tu cumple, qué coño! Y cuando menos te lo esperes la Navidad está ahí. Y te encanta la Navidad.

Hosssstia, cómo he llegado a la Navidad si estaba hablando de las vacaciones de verano?

Parezco la abuela Porretas, me enrollo como una persiana.

Bueno, en definitiva, que doy por inauguradas mis primeras vacaciones new life, que firmaría ahora mismo porque esta nueva vida fuera siempre así, y que os deseo a todos un muy feliz verano. 

lunes, 28 de junio de 2021

Lecturas recomendadas brevemente comentadas (2021)

Queridos amigos, como cada año aquí van mis recomendaciones literarias para este verano:

1. La bibliotecaria, by Salley Vickers. Empezamos con un homenaje a mi gremio. Inglaterra, 1958. La joven Sylvia Blackwell consigue un puesto en la biblioteca infantil de un pequeño pueblo. Allí encontrará el calor de algunos vecinos y de sus pequeños lectores pero también tendrá que enfrentarse a la incomprensión y la mezquindad de muchos de los lugareños. También conocerá el amor y sus sinsabores. Una novela a medio camino entre lo folletinesco y lo costumbrista. Vickers nos traslada a la Inglaterra rural de posguerra, a sus casitas con jardín, a las contradicciones morales de sus habitantes y al maravilloso mundo de los libros infantiles. Eso sí, tiene un toquecillo rosáceo que si no te gusta ese tipo de literatura mejor que pases.

2. El amor que te mereces, by Daria Bignardi. Alma y Antonia son madre e hija. Alma tiene una historia familiar trágica que Antonia intenta desentrañar, ahora que ella misma está a punto de ser madre también. Para ello viajará a Ferrara, la ciudad natal de Alma, donde descubrirá los secretos de familia que han marcado la vida de su madre. Advierto que es una historia un poco moñas y a ratos pelín flowerpower, pero tiene su intriga, y además la autora aprovecha para mostrarnos la ciudad de Ferrara, donde ella misma nació. Vamos, que de paso que lees haces un poquito de turismo. Qué más quieres?

3. El jardín vallado, by Catherine Dunne. Nos vamos a Irlanda. Ésta es otra relación maternofilial, pero totalmente distinta a la anterior. Alice es la madre y Beth la hija.  Alice se está muriendo y Beth viene a cuidarla en sus últimos días. Su relación siempre ha sido conflictiva y llena de malentendidos. Unas cartas que Alice ha estado escribiendo para sus hijos desde que comprendió que su muerte estaba cercana serán el camino de la reconciliación. Este relato intimista tiene un ritmo pausado, no suceden muchas cosas, sencillamente se nutre de los recuerdos de los personajes principales. Con la cercanía de la muerte el pasado cobra nueva dimensión, todo se relativiza, y cosas que en su momento tuvieron mucha importancia de repente se convierten en nimiedades.  De esto trata básicamente esta novela. Me ha gustado mucho el estilo elegante de esta escritora irlandesa. 

4. Las lealtades, by Delphine de Vigan. Ésta es una historia dura, incluso brutal, diría yo. En 200 páginas exactas experimentamos una intensa angustia vital. Helene es una profesora que sufrió malos tratos en su infancia. Ahora cree que uno de sus alumnos, Theo, los está padeciendo también. Ella percibe claramente un inmenso sufrimiento en ese niño de 12 años y lo identifica con el suyo de niña. La realidad es que Theo vive una tragedia personal diferente. Sus padres están separados y no se relacionan entre sí. Cada semana Theo se traslada de casa. En la de su madre sólo respira un odio inmenso hacia su padre; ella no quiere saber nada de esa otra semana que su hijo pasa en terreno enemigo. Por su parte, el padre padece una terrible depresión que le impide prácticamente salir de la cama. Theo tiene que bregar con esa dura realidad y busca escape en el alcohol, el único refugio que encuentra para olvidar a ratos esa pesada carga que, como un niño que es, es incapaz de sobrellevar. Es también una historia de angustiosos silencios que pueden tener consecuencias dramáticas. Muy muy dura, no apta para mentes delicadas y/o aprensivas.  Pero también terroríficamente lúcida. Una gran novela, difícil de olvidar.

5. Formas de estar lejos, by Edurne Portela. Y siguiendo con historias duras, ésta tampoco se queda corta. Supongo que la intención de Portela era la de abordar la novela como un caso de violencia machista.  Lo que pasa es que yo más que un tema propiamente de machismo creo que aquí hay algo más complejo. Veo una relación tóxica en la que desde el principio se establecen unos lazos de dependencia mutua enfermizos. A lo largo de la novela Matty se va mostrando como un tipo incapaz de dominar su ira y su frustración, mientras que Alicia se va empequeñeciendo cada vez más, abrumada por el control que su marido ejerce sobre ella pero incapaz de poner fin a la relación.  Una historia en la que la incomunicación y la soledad compartida arrasan con una pareja que estaba destinada al fracaso desde el minuto 0. Altamente recomendable y bastante reveladora de cómo puede el amor terminar convirtiéndose en algo perverso y terrorífico.

6. Un asunto demasiado familiar, by Rosa Ribas. Mateo tiene una agencia de detectives en un barrio de Barcelona. Toda la familia trabaja en la empresa, y los casos que investigan se entremezclan a menudo con lo personal. Pero no creáis que es una novela negra, aunque sí hay misterios que resolver. En realidad la trama va más de las relaciones familiares y amorosas de los Hernández, de la madre, que está como una cabra, la tía más cabra todavía, la hermana desaparecida, los secretos que todos guardan, sus frustraciones, sus filias y sus fobias. Mucho menos terrorífico e impactante que los dos anteriores, aunque también ahonda bastante en las contradicciones y tormentos del alma humana. 

7. Oculto sendero, by Elena Fortún. No sé si conocéis a Fortún. Es la creadora de un famoso personaje de la literatura infantil española, la niña Celia. Bueno, la conozcáis o no, esto es una biografía novelada de la propia autora. Para que os hagáis a la idea, Elena fue una mujer homosexual nacida en 1885 y muerta en 1952. Desde pequeña supo que era una niña diferente, la típica marimacho que no encajaba demasiado bien en lo que se esperaba de una señorita bien educada de la burguesía madrileña. Creativa, sensible, con tendencia al dramatismo y con una imaginación desbordada, tuvo que enfrentarse a sí misma y a la sociedad de su época, nada benévola con los que se salían de la norma. Un relato casi de terror sobre lo que es ser y sentirse bicho raro en una sociedad machista y conservadora que no acepta la diversidad. Da mucha alegría pensar en todo lo que hemos avanzado y, sobre todo, en la suerte que hemos tenido al nacer en estos tiempos. Para que luego digan que cualquier tiempo pasado fue mejor.

8. La primera mano que sostuvo la mía, by Maggie O'Farrell. Nos vamos a Londres. Ésta es la historia de Lexie, una chica de pueblo que se traslada al Londres de los años 50, al ambiente bohemio del Soho. Pero también es la historia de Elina, una muchacha finlandesa que vive en el Londres actual y que acaba de tener un hijo, tras un parto difícil y bastante traumático. Las vidas de ambas se van deslizando por las páginas de este libro de Maggie O'Farrell, lleno de emociones, de sentimiento trágico de la vida y de extrañas coincidencias. El vínculo que las une no lo sabremos hasta casi el final de la novela, y creo que sorprenderá a más de uno. Reconozco que lloré bastante con el desenlace, y yo no soy muy de llorar. Pero es que va justamente de eso, de las primeras manos que sostienen la nuestra. Imposible no echar alguna lagrimilla.

9. En ausencia de Blanca, by Antonio Muñoz Molina. Volvemos a España, concretamente a Jaén. Ésta es la historia de una fascinación. Mario es un gris funcionario de provincias enamorado hasta la médula de una mujer, la suya propia, Blanca. Por decirlo sutilmente Blanca es una petarda de mucho cuidado pero ejerce un encantamiento sobre su marido que sólo puede explicarse por la propia grisura del muchacho, que es bastante simploncillo e inexperto y, por tanto, fácilmente encandilable. Es una novela muy cortita, se lee en un pispás, pero se presta a la reflexión sobre el amor y su funcionamiento.  Por qué nos enamoramos o no nos enamoramos de una persona, cuál es la clave, en qué momento se produce ese click en nuestro cerebro. En fin, l'amour, ese gran misterio!

10. La perra, by Pilar Quintana. Nos vamos a Colombia. Una mujer madura, Damaris, adopta a una perrita y la cuida como si fuera la hija que no pudo tener. Empecé a leer esta novela justo el día del aniversario de la muerte de mi perrito Manolo, y me ha removido muchas cosas. El amor que se puede llegar a sentir por un animal, los sentimientos encontrados hacia él, lo indefensos que se encuentran frente a los humanos... En fin, es una novela triste, amarga y dura. Eso sí, muy cortita también, se lee en un ratillo. El final es impactante. Y dan muchas muchas muchas ganas de abrazar a tu perrito, si lo tienes.

11. Fin de temporada, by Ignacio Martínez de Pisón. En 1977 Juan y Rosa van camino de Portugal para que ella se someta a un aborto. Se retoma el relato muchos años después, en un camping de la Costa Dorada. Ésta es la historia de un amor maternofilial, el de Rosa y su hijo Iván, un amor de esos de tú para mí y yo para ti. Un amor que oscila entre lo idílico, lo dañino y lo decididamente enfermizo. En el transcurso de la novela la relación va dando unos giros bastante sorprendentes. Le pondría una pega: que se regodea demasiado en las descripciones. A ratos podría servir de guía de turismo, tanto de la costa catalana como de la Extremadura profunda.  De todas formas, aunque sea una buena historia, hay otras novelas de este autor que me han gustado más. Pero oye, para gustos, colores. Yo la recomiendo y ya vosotros decidís.

12. La trenza, by Laetitia Colombani. Tres mujeres: Smita, Giulia y Sarah. Tres países: India, Italia y Canadá. Tres vidas entrelazadas como cabos de una trenza. La suerte o la desgracia de nacer en un país, en una época, en una determinada familia... marcarán para siempre nuestro destino. Colombani nos va contando la historia de estas tres mujeres y sólo al final descubriremos la relación entre ellas. Un lazo que provoca en el lector una sensación agridulce. Por un lado vemos de qué modo nuestras vidas tienen un vínculo con las de otras personas de lugares muy lejanos a las que nunca conoceremos; pero por otro lado comprobaremos también hasta qué punto el mundo es injusto, cruel e implacable y cómo al final los países ricos siempre sacan beneficio de la pobreza, el analfabetismo y la desesperación de los desheredados del planeta. Un relato conmovedor que no puede dejar indiferente a nadie.

13. Un amor, by Sara Mesa. Nat llega a una aldea de la España profunda y se instala en una casita alquilada. Desde el principio tiene problemas con el casero, hasta el punto de que llega a obsesionarse enfermizamente con él. A partir de ahí establece una serie de relaciones con distintos personajes del pueblo que pondrán a prueba sus límites morales. A pesar de que cuesta entender a veces las motivaciones de la protagonista es inevitable no sentir cierta empatía hacia ella, o al menos piedad por sus múltiples desdichas. Una novela un tanto claustrofóbica que sin embargo atrapa intensamente desde la primera página. Mesa me ha parecido una autora muy interesante de la que pienso leer más cosas.

14. Infelices, by Javier Peña.  Santiago de Compostela. Un grupo de amigos se conocen en la Universidad y crean un grupo que llamarán Círculo de Viena, en homenaje al famoso círculo de intelectuales. Con el tiempo cada uno evoluciona de manera diferente. Hans es asesor político, Moritz escritor, y Rudolph periodista especializado en criminología. Está también Karl, una mujer con una hija superdotada que está relacionada con los tres. Y por último, hay una chica con cáncer. Sus historias se van cruzando a lo largo de la novela, pero si tienen algo en común es que todos ellos están más o menos insatisfechos con sus vidas. Una novela muy inteligente, muy bien escrita y bastante original en su estructura. Algunos capítulos se podrían leer como cuentos independientes, pero todos tienen un sentido dentro de la historia global. Me apunto también a Peña para seguir leyéndolo en el futuro.

15. Cara de pan, by Sara Mesa. Como ya advertí, regreso a Sara. Esta mujer nos enfrenta siempre a espinosos límites sociales, morales y psicológicos. Aquí tenemos una relación extraña, diríamos a priori que poco apropiada, entre una chica de 13 años y un señor en la cincuentena. Casi y el Viejo son nuestros protagonistas. Casi, una adolescente que pasa de ir al instituto porque se siente ajena a ese mundo, y el Viejo, un tipo peculiar, aficionado a la ornitología y fanático de Nina Simone, en el que la chica encuentra cierta afinidad a primera vista difícil de entender. La relación entre ellos sólo puede concebirse en la más absoluta clandestinidad, como una forma de refugio de un mundo hostil a ambos. Hay mucha ternura en esta historia pero también una gran dureza. La vida puede ser muy difícil para las personas que se salen de "la norma". Si es vuestro caso en algún sentido es muy probable que os sintáis un poquito identificados con estos entrañables personajes.

Y hasta aquí por este año. Felices vacaciones y que ustedes lo lean bien. 

sábado, 12 de junio de 2021

Va por esas criaturas que viven y mueren puras

Aquí estamos, por fin solos y a salvo! Ya estáis con papi, mis niñas, ya nunca más nadie os podrá hacer ningún daño. Yo voy a cuidaros y a protegeros, soy el único en el que podéis confiar.

Ya veréis qué bien vamos a estar ahí abajo los tres juntitos. Aquello es precioso, aunque yo nunca he llegado a bajar hasta el fondo. Ahora lo haremos los tres. 

Mi ilusión siempre fue enseñaros las profundidades del océano de otra manera. Soñaba con llevaros buceando por mis sitios favoritos y que pudiérais ver todas esas cosas que a mí siempre me fascinaron. Mostraros ese mundo submarino en el que el silencio se adueña de todo y no hay nada más que tú y un montón de seres igual de silenciosos que te rodean. He sido tan feliz ahí abajo! Me he sentido tan seguro, tan en paz, tan en mi medio natural! 

Por desgracia no ha podido ser así, como lo soñé. Qué lástima!

Ella lo ha jodido todo. Ella ha intentado separarnos. Y yo no lo podía consentir. Lo entendéis, verdad, mis niñas?

Desde que conoció a ese gilipollas, a ese viejo absurdo que sólo busca carne fresca. Que si no ahora, más adelante, se os querría llevar a su país con él. Y separarnos para siempre. A mis niñas, a lo que más quiero en el mundo, a lo único que quiero en el mundo!

Es ella la que lo ha jodido. Es ella la culpable de todo esto. Luego dirán que yo estaba loco, que era uno de esos machistas, que era un maltratador... Me da igual, que digan lo que quieran. Vosotras, mis niñas, sabéis que os quiero más que a nada en el mundo. Más que a mí mismo. Por eso he tenido que hacer esto. Porque no podía dejar que os alejaran de vuestro papá, que os llevaran a vivir con ese cerdo asqueroso que sólo busca carne fresca. Sí, carne fresca. Quién sabe si algún día vosotras mismas... no quiero ni pensarlo. No, vuestro padre nunca lo permitirá.

Ahora, dentro de un rato, cuando me asegure de que vosotras, mis cielos, mis ángeles, mis tesoros, estáis ya tranquilas ahí abajo, voy a llamarla. No, no le voy a decir ni dónde estamos ni lo que ha pasado ni lo que le espera. Ya tendrá tiempo de darse cuenta de que pudo evitarlo y no lo hizo. Y se va a enterar bien el resto de su vida de lo que nos ha hecho a los tres. Pero sí la voy a llamar para recordarle lo que hemos vivido, lo que yo la he querido, lo felices que éramos, y cómo ella lo ha destrozado todo.

No le importábamos nada. Ni yo ni vosotras. Sólo quería vivir la vida tutiplén con ese cerdo millonario. Anda que iba a tocarle ni de lejos si no tuviera la pasta que tiene! Y le daba igual si él le decía de llevaros a la otra punta del mundo. Se pensaba ir, lo sé. Nunca le ha importado esta familia; es egoísta, sólo piensa en ella, en ella y en ella. Y luego en ella.

Yo no podía permitirlo. Yo no soy un mierda, no puedes hacer conmigo lo que te dé la gana, no me vas a manejar, no me vas a quitar a mis niñas, hijadeputa! Te vas a enterar bien, no vas a saber en la vida dónde están, dónde estamos. Te vas a cagar. A ver qué hace el viejo contigo cuando seas una piltrafa humana incapaz de levantarte de la cama. A ver si entonces le gustas tanto!

Bueno, mis niñas, aquí estamos. Por fin solos, por fin en paz, por fin mías. Ella no nos va a separar ya nunca, papá lo ha impedido. Vais a dormir tranquilitas y nunca vais a sufrir más. Porque aunque no me lo dijérais yo sé que sufríais. Papá lo sabe todo, papá sólo piensa en vosotras, papá nunca os abandonará.

Os quiero, mis amores. Os quiero como nunca podríaís imaginar. Como nunca os iba a querer nadie. Por eso tengo que llevaros conmigo, y siempre estaremos en ese lugar maravilloso en el fondo del mar al que os quería llevar. Ese sitio que íbamos a conocer juntos, pero que ahora vamos a conocer de otra manera. Va a ser nuestro hogar. Allí nadie nos encontrará jamás. Nadie nos separará. Nadie nos hará daño. Palabrita de papá.

Ahora os dejo. Tengo que ir a cargar el móvil para hacer las últimas llamadas. No os preocupéis, estaré en un ratito ahí abajo con vosotras. Antes tengo que dejar unos recados a mamá.

Os adoro, pequeñinas mías. 

Ps. In memoriam de Ruth, Jose, Yaiza, Olivia, Anna, y tantos otros niños que tuvieron la desgracia de tener unos padres o unas madres a los que el odio les pudo más que el amor.

Ps2. Quiero aclarar que esto es un monólogo interior de un tarado explicando a sus hijas por qué cree él que tiene que matarlas. Es que he recibido algún mensaje un tanto inquietante en el que no parece que eso esté claro.

Ps3. Sé que no soy la mejor monologuista del mundo, pero por favor, no intento justificar un asesinato. Nunca pensé que alguien pudiera interpretar esto así.

jueves, 20 de mayo de 2021

Todo el mundo muy pendiente, voy a hablar del medio ambiente

Uno de mis principales objetivos en la vida es dejar la menor cantidad posible de basura durante mi paso por el mundo. Vamos, emporcar lo mínimo, hablando en plata. 

No soy ninguna fanática del cambio climático ni nada de eso. De hecho desde el punto de vista ecológico eso es lo que menos me preocupa. Me parece mucho más peligroso el daño inmenso que hace el hiperconsumismo, la cantidad de mierda que producimos constantemente, los desechos que creamos  y que han terminado convirtiendo el planeta, los mares, los ríos, en estercoleros en los que es imposible la vida. 

Por eso mi compromiso va más por producir el menor número posible de desperdicios y en contribuir en la medida de mis posibilidades a intentar concienciar a mi alrededor sobre la importancia de la gestión inteligente de residuos. Y lo hago con pequeños gestos que no cuestan apenas trabajo. Por ejemplo:

Llevo mi propio taper cuando pido comida para llevar.

Evito todo tipo de plásticos. 

Reutilizo todo hasta que se cae a pedazos.

Uso jabón sólido en lugar de gel.

Uso cepillos de dientes de bambú.

Uso mascarillas de tela.

Compro bolsas de basura biodegradables.

Doy la ropa que ya no quiero para que la use otra gente y yo también compro bastante ropa usada.

Uso vidrios siempre que es posible en lugar de otros envases.

Llevo mi propia bolsa a la compra y reutilizo las bolsitas para coger fruta y verdura.

No tengo coche, me traslado en bici o andando, y si no hay más remedio uso transporte público.

En fin, que intento hacerlo lo mejor posible para no contribuir a engrosar el gran estercolero planetario.  Tal es mi afán por el reciclaje que incluso he donado mi cuerpo a la ciencia para que antes de convertirme en residuo definitivo me puedan reutilizar todo el tiempo que sea posible.

Por eso me siento completamente desolada cuando veo que a mi alrededor a la mayor parte de la gente le importa un pimiento todo esto.

En mi biblio hay contenedores de todos los colores para reciclar pero los usuarios tiran la basura indistintamente en cualquiera. Joder, son personas muy jóvenes, se supone que deberían tener un mínimo de conciencia ecológica, no? Bueno, pues ni flores.

Consumen botellitas de agua de plástico a destajo. Con lo fácil que es traerte tu botella o tu envase de casa y rellenarlo con el agua del grifo, que es lo que hago yo. O si la quieres fría traerte un termo.

Más desolador todavía es ver que el servicio de limpieza echa todas las bolsas al mismo sitio. Me molesté en hacer unos cartelitos para pegarlos en los contenedores indicando el tipo de residuo, y luego voy y me doy cuenta de que las limpiadoras lo juntan todo después. 

Es más, es que el concepto "ecología" no existe para ellas. Para que os hagáis una idea: en la máquina de café de la biblio hay una opción de sacar las bebidas sin vaso. Tú pones tu taza y entra directo el café en ella. Bueno, pues evidentemente yo hago uso de esta opción.  No tengo necesidad ninguna de crear un nuevo residuo cada vez que me tomo algo. Bueno, pues sabéis qué?  Que me preguntan las muchachas muy sorprendidas que por qué me molesto en poner mi taza cuando hay vasos de sobra en la máquina. Una incluso aventuró la teoría de que igual lo hago porque no me gusta el sabor a cartón. Mátame camión!

Es que se te cae el alma a los pies. Si somos tres gatos y medio los que tenemos un poco de conciencia ecológica y el resto van arrasando a su paso con todo lo que se pone por delante, nuestros esfuerzos no tienen sentido. Todas esas cosas que he enumerado antes para qué? Para qué mi cepillo de dientes de bambú? Para qué mi bolsa de la compra? Para qué mi taza en la máquina de café?

Pues básicamente para ganarme fama de rarita (aún más), de escrupulosita y de que no me gusta el café con sabor a cartón.

miércoles, 5 de mayo de 2021

Y colorín colorado, la mayoría ya ha hablado

Anda todo el mundo un poco revuelto con el exitazo de la señora Ayuso en las elecciones madrileñas. Recuerdo hace unos días, cuando durante la campaña decía el amigo Pablo Iglesias aquello de "que hable la mayoría". Bueno, pues la mayoría ya ha hablado, y lo ha hecho con bastante contundencia,  parece que no demasiado a favor del señor Iglesias. 

La verdad es que a mí esto no me ha extrañado en absoluto. Para empezar todas las encuestas apuntaban a lo que ha sucedido, aunque algunos no lo quisieran creer. Pero es que además tiene bastante sentido. A ratos me daban ganas hasta a mí de votar a Ayuso. Palabrita. 

Yo es que de siempre he tenido tendencia a simpatizar con los políticos que son exageradamente ridiculizados por sus oponentes. Para que os hagáis una idea baste decir que una vez voté a Pablo Iglesias, y quien me convenció a hacerlo fue Carlos Herrera. Sí, amigos el Herrera de la Cope. Tal como os lo cuento. Lo escuchaba todas las mañanas, y era tal la cantidad de epítetos hiperbólicos que le dedicaba cada día tanto a Iglesias como a sus simpatizantes que me terminó convenciendo. Era tan ridícula la caricatura que había creado de él que era imposible que tal engendro monstruoso se correspondiera con la realidad. Así que el tipo consiguió lo que de otra forma hubiera sido imposible, que me pusiera decididamente de su lado, y que le votara. Y lo hice a pesar de que de entrada me caía como el culo y me parecía un tipo prepotente, soberbio y narcisista a más no poder, encantado de haberse conocido. Pero nada, Herrera con sus patéticos intentos diarios de demonizarlo me empujó hacia él. Es verdad que fue una sola vez, no lo he vuelto a votar nunca más, pero sí, lo hice.

Pues bien, estos días con Ayuso me ha pasado algo parecido. Sí, ya sé que parece muuuuuuuy tonta, que habla como si se hubiera tomado siete cubatas del tirón, que su discurso es incoherente y falto de sentido con frecuencia... pero es que cuando los partidos de la izquierda la han convertido en el blanco de sus dardos y han hecho de estas elecciones una especie de frente popular contra Ayuso (IDA para los enemigos)... lo que han conseguido es que la tía me caiga simpática. Y por los resultados de las elecciones me parece a mí que esto le ha pasado a bastante más gente.

Bueno, la verdad es que no, no hubiera votado a Ayuso. A tanto no llegan mis simpatías. El PP es una de mis líneas rojas electorales y tendrían que molerla a palos o algo así para que yo pudiera plantearme seriamente la posibilidad de votarla.  Pero bueno, íntimamente le deseaba suerte en la contienda. En realidad si hubiera sido ciudadana madrileña muy probablemente en estas locas elecciones hubiera votado a Edmundo Bal. Más que nada porque es el único candidato que creo que en toda la campaña no ha llamado a nadie ni fascista, ni socialcomunista, ni trumpista, ni filoterrorista ni bolivariano. Y sólo por esa muestra de contención, respeto hacia sus votantes y sentido común creo que le habría dado mi voto. Además, soy una habitual votante de perdedores, es vocacional, siempre me inclino hacia los que  todas las encuestas dan por cascarón de huevo. Así casi nunca tengo oportunidad de arrepentirme.

La cuestión es que no me ha extrañado lo de Ayuso. Creo que ha conseguido aunar en su persona el voto de la mayoría de los que no pueden ni ver a Sánchez ni a Iglesias. Y a pesar de que Gabilondo es por sí mismo un tipo bastante sensato, moderado y votable, la verdad es que desde que Sánchez se hizo cargo de la campaña y le instó a mandarle guiñitos a Iglesias perdió todo el encanto que en principio podía tener. De no ser así muchos de los exvotantes de Ciudadanos probablemente le habrían votado a él. Estoy segura. Pero esos bandazos inexplicables... primero que con Pablo nanay de la china, luego que sí, Pablo, que tenemos 15 días para ganar al fascismo... Joder, ni que le hubiera diseñado la campaña su peor enemigo. 

Lo peor es que Sánchez fue su santa compaña hasta que tuvo claro por las encuestas que no había nada que hacer, y entonces lo dejó tirado, no volvió a aparecer por los mítines y fue sustituido como acompañante del pobre Gabilondo por Jorge Javier Vázquez. Planazo! 

Cuando Gabilondo cometió el error de apuntarse al discurso del fascismo auspiciado por Sánchez la cagó. Es un discurso agotado, repetitivo y cansino y creo que conecta poco con la gente de a pie, con sus problemas reales. Tendrá mucho éxito entre los muy politizados, pero ve a hablarle tú del fascismo a una pobre criatura que está en un ERTE y que no sabe si alguna vez en su vida volverá a trabajar. En fin, que la han cagado.

Hay que recordar también que el mismo Madrid "fascista" de ahora es el que hizo ganar a Gabilondo en las anteriores elecciones. O el que llevó a una tía tan poco sospechosa de fascista como Manuela Carmena al Ayuntamiento madrileño. Vamos, que es un discurso tan cutre que no sólo no ha colado, salvo con los muy cafeteros, sino que con el resto ha tenido el efecto contrario. Y no es que sea menos cutre la contrarréplica ayusista de "Comunismo o libertad", pero a estas alturas esa señora ya puede soltar por su boca lo que quiera, que nadie se lo tomará en cuenta. Su imagen representa para muchos madrileños la resistencia al sanchismo, y cuanto más han intentado ridiculizarla desde los medios afines al Gobierno más han conseguido fijar ese icono de rebeldía gamberra en el imaginario colectivo.

Así que nada, tal como pedía Iglesias, los madrileños han hablado y la mayoría ha decidido que pasa de él. Creo que ha pillado el mensaje, porque ha anunciado su retiro de la política, algo que muchos madrileños y buena parte del resto de España tendrán también que agradecer a la ya de por sí reverenciada Ayuso. Es justo lo que le faltaba para ser elevada a los altares.

No es por nada pero creo que tenemos Santa Isabel de los Ayusos para rato y no me extrañaría que, visto el tirón de la señora, diera más pronto que tarde el salto al ruedo nacional. Yo de Casado no dormiría demasiado tranquilo.

miércoles, 14 de abril de 2021

Pito pito gorgorito, qué pasa con Rociito? (Continuación)

Están las redes que arden con el asunto Rociito. Bandos irreconciliables. Carrasquistas y floristas forman aficiones tan entregadas como las merengues o las colchoneras. Palabrita.

Yo reconozco que el serial dejé de verlo desde el primer capítulo. Primero porque me aburren los anuncios y las constantes interrupciones de los opinadores telemierderos, y luego porque tampoco es que me apetezca mucho ver a una mujer obviamente muy perjudicada, llorando, hipando y moqueando constantemente. Me parece muy angustioso. En realidad es que no entiendo qué clase de psicólogos han asesorado a esa persona para que haga este docudrama, para que cuente públicamente sus miserias y las de toda su familia, encima en un canal de televisión que no se caracteriza precisamente por su finura, delicadeza y respeto por la intimidad de la gente. Más bien va a degüello sin contemplaciones contra determinados personajes y no para hasta que no los exprime al máximo. En fin, no soy una experta en psicología ni mucho menos, pero mi sentido común me dice que eso, bueno lo que se dice bueno, no puede ser para nadie.

La cuestión es que sigo el docudrama por la prensa, por la radio y por las redes, que me mantienen informada al dedillo sin tener que tragarme la parte chunga, y voy sacando mis conclusiones de todo lo que leo, oigo y veo.

Personalmente no tengo la menor duda de que esa mujer está realmente muy mal; lleva años medicándose para la depresión y la ansiedad y se nota que su salud mental está bastante tocada. Por eso precisamente yo pondría mucho cuidado en creer a pies juntillas todas las afirmaciones que hace, porque las personas que tienen problemas como los suyos tienden a hacer apreciaciones de la realidad un tanto desvirtuadas, por causa de su enfermedad. No digo que mienta, al revés, estoy convencida de que ella cree totalmente lo que cuenta, pero para mí es evidente que tiene una obsesión patológica con su ex-marido, hasta el punto de que todo lo que le ocurre lo atribuye única y exclusivamente a su persona. De hecho, ella misma ha admitido que su objetivo principal es que la justicia reabra el caso y que este señor termine en la cárcel.

Vaya por delante que no simpatizo en absoluto con el tal Antonio David. Siempre me ha parecido un chulo, un vago y un impresentable. Un vividor que encontró la forma de pegarse la vidorra padre sin dar palo al agua, a cuenta de la fama de su suegra, y por ende, de su mujer. De ella tampoco he tenido nunca mucha mejor idea. Recuerdo haberlos visto en programas del corazón cuando estaban casados y eran igual de chulos, de estúpidos y de déspotas. Ella presumía de que su marido podía permitirse vivir sin trabajar y se sacaba los ojos con cualquiera que lo criticara lo más mínimo. Eran unos personajes bastante repulsivos. Ahora que está hablando largo y tendido de todas las miserias de su familia, pienso que su madre lo tuvo que pasar fatal cuando la niña se empestiñó en irse a vivir con este tipo, y luego se quedó preñada y se casó, a sabiendas de que los padres sufrían como cerdos con sus locas decisiones de niñata caprichosa. Ella misma ha confesado también que dejó a su madre tirada en el suelo de rodillas suplicándole que no lo hiciera. Pero en fin, lo pasado pasado está, aunque es ella la que parece no haber superado en absoluto lo sucedido en los últimos 25 años de su vida. 

En definitiva, que no está en mi intención defender a este individuo repugnante. Sin embargo hay quien lo cree sencillamente porque cuestiono muchas de las afirmaciones que hace Rociito en su documental. Y las cuestiono, aparte de la razón que he dado antes de su enfermedad, que puede hacer desvirtuar bastante las cosas, porque muchos de los testigos, la familia, los amigos, etc., contradicen con sus testimonios tanto las fechas como los datos como los hechos que ella relata. Bien es sabido que la memoria es caprichosa y que nadie recuerda las cosas nunca tal y como fueron. De un mismo hecho, si le preguntas a varias personas al cabo de los años, puedes encontrarte con un montón de versiones distintas, según haya sido la perspectiva de cada testigo. Quién no ha experimentado alguna vez, al recordar un acontecimiento con otra persona, que las visiones son totalmente opuestas? Bueno, y si en general esto ocurre, ya en las parejas rotas, donde cada uno de los cónyuges cree haber vivido una historia completamente distinta al otro, eso está a la orden del día.

La cuestión es que Rociito interpuso años después de su separación una demanda contra su exmarido por malos tratos psicológicos. No durante el matrimonio, sino después. Según ella la causa de su depresión y su ansiedad es que él durante años ha ido de plató en plató contando mentiras sobre ella, atacándola y haciéndola pasar por una mala madre. También, como ya referí en otro post, habla de la alienación parental como otra causa de sus males, o sea, que él ha puesto a sus hijos en su contra y por eso ha perdido totalmente el contacto con ellos.

Ya digo que ésta es la versión de ella. Y me la creo. Es decir, creo que ella cree eso.  Ésa es su verdad y está convencida de ella. Aunque hasta ahora ningún juez ha admitido esta verdad, probablemente porque demostrar jurídicamente que una depresión está causada por un señor del que llevas separada un montón de años y que eso puede ser constitutivo de delito de maltrato psicológico no debe de ser fácil. Es más, lo encuentro sumamente difícil.

Todos sabemos cómo funciona la telebasura. Cómo se despellejan unos a otros sin piedad. A lo largo de estos años en programas como Sálvame se ha arruinado la reputación de muchas personas, han dedicado horas y horas de emisión a desprestigiarlas, hundirlas y asesinarlas socialmente. De qué ha vivido Belén Esteban todos estos años si no de poner a parir al padre de su hija y a la Campanario? Y Paquirrín? El último juguete roto de Telecirco es la Pantoja, que después de haber vivido siempre enchochada con su hijo, ahora tiene que verlo en los platós llamándola miserable, ruín, e incluso acusándola de ladrona. Siempre he pensado que alguna vez uno de estos asuntos va a terminar muy mal, porque tanta saña como ponen en acusar a la gente, en celebrar sus juicios populacheros sin más pruebas que los chismes de unos y otros, puede ser fatal. Como den con alguien en un momento bajo o de cierta debilidad mental, como es el caso de Rociito, un día se van a encontrar con un problema serio.

Por eso me sorprende tanto que Rociito haya centrado sus ataques exclusivamente en su ex-marido y que esté desnudando públicamente toda su intimidad justamente en la cadena que más daño le ha hecho. Que haya negociado (ella o su actual marido, quién sabe) con la misma productora que no ha tenido piedad con ella en todos estos años, ni con ella ni con nadie. Quién habrá asesorado a esta mujer para que haga esto? No se da cuenta de que del mismo modo que ahora el juego consiste en destruir a Antonio David mañana la cosa da otro giro de guión y volverán a ir a por ella? O a por su hija o a por su hijo? Aprovechando además todo lo que ha soltado por esa boquita, entre hipido e hipido. Que esta gente no conoce la compasión ni la decencia ni el pudor, que no tienen límites, que es TODO por la audiencia.

Yo no puedo afirmar que Antonio David sea un maltratador psicológico. Si lo dijera tendría que decir lo mismo de Belén Esteban, Paquirrín, Jorge Javier, Carlota Corredera, Mila Ximénez, los Kikos, y en general todos los hijosdeputa que dedican su vida a destrozar a la gente sacando miserias de unos y de otros. Que hacen daño a las personas? Por supuesto. Hace años que alguien tendría que haber puesto pie en pared y freno a tantos desmanes, a tanta injuria y a tanta lapidación pública. La justicia, los legisladores, los comités éticos de los medios... no sé, a quien le corresponda terminar con todo eso. Si lo hicieran, personajes como Flores, Esteban o Paquirrín tendrían que buscarse la vida trabajando en lugar de hacerlo sacando mierda de sus conocidos, de sus ex-parejas o de sus familias. La propia Rociito tampoco podría estar haciendo este documental dedicado casi exclusivamente a poner a parir a su ex, es decir, a hacer con él justo lo mismo que ella ha padecido. Un juicio público paralelo para conseguir a través de la tele lo que no ha conseguido en los tribunales.

No me gusta ser agorera, pero se ha llegado a unos límites de desvergüenza, de insania y de pornografía emocional que esto no puede terminar bien de ninguna manera. Ya no sólo lo de Rociito, que mucho me temo que saldrá de todo esto peor todavía de lo que entró, cuando sus hijos ya sí que no quieran saber nada de ella nunca más, y cuando unos y otros empiecen a hacer desmentidos, a refutar su versión y a sacar más y más y más porquería íntima. Ya digo que no sólo ella; algún día alguno de estos personajes heridos hará alguna barbaridad, y esta vez no se quedará en intentona fallida, sino que lo conseguirá, y entonces tocará una catarsis colectiva acompañada de golpes de pecho y mea culpas múltiples y a lo mejor igual alguien reacciona y toma medidas contundentes contra tanta iniquidad. 

La lástima es que tenga que ocurrir alguna tragedia para que se ponga fin a este sindiós. No aprendemos.

miércoles, 24 de marzo de 2021

Casamientos y divorcios suelen ser malos negocios

A raíz de mi último post sobre Rociito Carrasco he estado pensando acerca del divorcio, y me gustaría compartir con vosotros el fruto de mis reflexiones.

Básicamente he llegado a la conclusión de que la gente se divorcia como el culo. Y quien dice divorcio dice separación. Existe una incapacidad generalizada de separarse amistosamente. La mayoría de la gente contempla las rupturas amorosas como un fracaso, como una equivocación, y por tanto como algo frustrante.

Yo nunca lo he visto así. Yo lo veo más bien como algo natural. El amor de pareja tiene casi siempre fecha de caducidad. Incluso las parejas eternas estas de abuelillos que se ven por la calle cogidos de la mano, también han padecido ese proceso por el que el amor se convierte en otra cosa, algo entre la amistad, la complicidad, el compañerismo, el cariño fraternal y el interés común. Suelen compartir muchas cosas: familia, hijos, vivienda, viajes, a veces negocios... han construído un proyecto de vida y se sienten más o menos satisfechos en él. Pero lo que es el amor propiamente dicho, ese obnubilamiento, ese enajenamiento, ese cosquilleo, ese constante descubrir al otro, todo eso que se siente cuando se está enamorado, eso desaparece tarde o temprano.

Hay parejas que aceptan esto sin problema y se adaptan a la nueva situación. Si la vida en común es satisfactoria no se plantean cambiar. Incluso aunque puedan enamorarse de otras personas, mantienen relaciones extramatrimoniales pero no rompen su familia porque consideran que el proyecto común es lo más importante. 

Yo soy muy fan de este sistema, la verdad. Creo que sería maravilloso que la gente fuera capaz de hablar de ello abiertamente y aceptar que cuando el amor se ha apagado se puedan mantener relaciones con otras personas sin afectar a la vida familiar. Pero en fin, reconozco que somos muy pocos los que creemos en este tipo de arreglos de convivencia, que suelen estar socialmente muy mal vistos. Lo que sí ha triunfado en la sociedad es una nueva variante relacional: la monogamia sucesiva. La gente opta por estar con una sola persona, pero cuando se desgasta el amor se produce la ruptura y se empieza una nueva relación monógama, y así sucesivamente hasta que se cansan o dan con la persona con la que definitivamente encuentran la estabilidad emocional buscada. No el amor eterno, que eso no existe, sino cierta tranquilidad afectiva que les lleva a plantarse ahí.

Por eso, porque todo esto es perfectamente natural, no entiendo la incapacidad de la gente para asimilar las rupturas amorosas. Por qué hay tan malos rollos, tantas peleas, tanta violencia... como decía Joaquín Sabina, tanto tanto tanto ruido. Creo que habría que educar desde muy pequeños a los niños en la idea del amor como algo libre, que como viene se puede ir y que no pasa nada. Siempre he creído que esto acabaría con buena parte de eso que llaman violencia machista, y que no tiene nada que ver con el machismo sino con esta visión errónea del amor como algo que implica la posesión de la otra persona y que, por tanto, cuando acaba no puede interpretarse sino como una traición, un fracaso y hasta una humillación.

Sigo sin enteder que a estas alturas haya gente que se casa pensando que el amor durará siempre. Es que no miran a su alrededor? Es que no ven cómo las relaciones caducan cada vez en menos tiempo? Es que creen que a lo mejor lo suyo es especial, que van a ser la excepción? 

No se trata de que el amor sea más fuerte, más intenso o más auténtico. Sencillamente ese proceso que lo va transformando en otra cosa llegará y hay que estar preparado para ello y aceptarlo sin dramas ni sufrimientos. Es verdad que con frecuencia es uno de los miembros de la pareja el que agota antes el sentimiento y que esto puede ser doloroso para el otro, pero lo sería mucho menos si estuviera preparado psicológicamente porque lo aceptara como normal.

En fin, como ya he dicho, pienso que educar a nuestros hijos en esta idea haría mucho bien a la sociedad y evitaría cientos de tragediones como el de la amiga Rociito o como el de muchas parejas que conocemos. Acabaría prácticamente de cuajo con la "violencia de género". Nadie sentiría que está en posesión de nadie, ni que le está jodiendo por decirle que se acabó la historia o que se ha enamorado de otra persona. La gente sería mucho más libre y más feliz. Los divorcios traumáticos desaparecerían, nadie usaría a los hijos como moneda de cambio para fastidiar al enemigo, porque no habría enemigo. El proyecto común que son los hijos seguiría siendo común, y los niños no padecerían ni la infelicidad materna ni paterna ni la propia.

Sé que muchos considerarán mi propuesta como una visión flower de la realidad, pero no lo es, en serio. En esta vida todo es cuestión de educación, de concienciación y de resiliencia o adaptación a las circunstancias. No nos hemos acostumbrado en un año a vivir con mascarillas tapando nuestras bocas, con estrictos horarios de salidas y entradas y con normas de relación social que hace año y medio eran impensables? Pues por qué va a ser más difícil esto otro?

Podéis hacer un pequeño esfuerzo creativo e imaginar un mundo así?