viernes, 5 de abril de 2019

Morir

No puedo entender a ninguna persona que esté dispuesta por razones éticas, religiosas o metafísicas a dejar pasar sufrimientos inhumanos a un ser querido que desea morir.

Es más, me alegro inmensamente de que las personas más cercanas a mí carezcan de razones éticas, religiosas o metafísicas que les impidieran poner fin a mi existencia si ésta fuera insufrible para mí y no estuviera en condiciones físicas de ponerle fin yo misma.

Quiero creer que las personas que en un momento dado tendrían poder de decisión sobre mí son tan valientes como Ángel Hernández, el marido que ayudó a morir a su mujer, a petición de ella, tras largos años de sufrimiento por una enfermedad degenerativa. Hernández se la ha jugado, puesto que hoy por hoy lo que ha hecho es delito, pero ha podido más su amor y su compasión hacia ella que el miedo a las consecuencias legales.

En justa contraprestación yo juro que nada ni nadie me impediría hacer lo mismo por mis seres queridos.

Me parece indignante que los políticos hayan hecho hasta ahora oídos sordos al clamor popular: queremos morir dignamente sin que eso implique que nuestras familias terminen en una celda compartiendo tiempo y espacio con asesinos, violadores y corruptos. Cuando el único delito que has cometido es amar a otra persona lo suficiente como para cortar de raíz su sufrimiento no puedes terminar en una cárcel. No en una sociedad civilizada en la que se respeten las voluntades de los ciudadanos, incluída la voluntad de morir.

Y me niego a que se haga uso partidista y oportunista de un tema tan doloroso como éste. Es obsceno aprovechar este lamentable hecho para hacer campaña electoral como ya han empezado a hacer algunos. Lo que tienen que hacer todos los partidos es dejar clara su postura con respecto a la eutanasia y ya la gente sabrá a qué atenerse.

Ah, y a los "pro-vida": que los que creemos en el derecho a morir dignamente no somos pro-muerte; más bien todo lo contrario, somos auténticos forofos de la vida, pero de la vida de verdad, no de sucedáneos ni de lo que otros decidan por nosotros que debe de ser la vida.

Desde aquí mi apoyo, comprensión y solidaridad hacia Ángel Hernández, en la seguridad de que ese hombre jamás pisará una cárcel por lo que ha hecho si éste es un país con un mínimo de vergüenza, de pundonor y de dignidad.

Para terminar os dejo el enlace de firmas en Change.org para que la fiscalía no presente cargos contra Ángel:

https://www.change.org/p/fiscal%C3%ADa-de-madrid-%C3%A1ngel-ayud%C3%B3-a-morir-a-su-mujer-que-la-fiscal%C3%ADa-no-presente-cargos-contra-%C3%A9l-eutanasia?source_location=discover_feed

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