jueves, 29 de septiembre de 2016

Mucho mucho ruido, tanto ruido y al final por fin el fin

Anda mi espíritu de reportera todo revuelto estos días ante el espectáculo fascinante de la autodestrucción del PSOE.

Personalmente me importa una mierda. No le tengo especial afición a ningún partido, para mí son meros instrumentos de acción política y nunca un fin en sí mismos, que es lo que parecen ser para muchos de sus dirigentes y militantes, que sufren y padecen por su partido como si de una persona se tratase, olvidando eso, que solo son unos instrumentos y punto, y que igual que hoy hay uno mañana se sustituye por otro y punto.

Lo del PSOE, por tanto, para mí no es sino un mero objeto de estudio. Cómo es posible que mucha gente no se diera cuenta de la clase de desastre que estaba siendo Sánchez para el partido. Muchos otros en cambio alucinábamos con esa cerrazón, con la capacidad de  este hombre para abrir brechas  y dar lugar a un tajo en la formación de la que dudo mucho que sean capaces de recuperarse.

Yo no creo, como mucha gente, que esto sea una mera lucha de poder. Creo que es algo mucho más serio y más profundo. Hablamos de dos partidos en uno porque en el PSOE conviven personas que no quieren ni oir hablar de pactos con nacionalistas o independentistas, y personas a las que eso no les inquieta en lo más mínimo siempre que se trate de impedir a toda costa un nuevo gobierno de Mariano Rajoy. Para unos todo vale, por muy Sanchezstein que sea el gobierno que se forme, y para otros no vale todo en absoluto, y si hay que pasar a la oposición aceptando que se han tenido unos resultados electorales francamente bochornosos, pues se pasa y punto.

La cuestión es que no ha habido el menor ejercicio de autocrítica desde que el partido empezó a ir cagándola elección tras elección. Esto ha sido lo más flipante para mí, que hubiera gente a la que no le extrañara que con unos resultados tan nefastos la dirección se planteara un análisis serio y por supuesto asumir las responsabilidades pertinentes. Porque alguien tendrá algo que ver en ese fracaso, esas cosas no pasan porque sí.

Pero nada, como decía el otro día, primero que si "resultados históricos", ante el pasmo de la inmensa mayoría de la gente que lo de "histórico" no terminaba de captarlo del todo, salvo por el peor de los sentidos; luego que si "hemos ganado a las encuestas y evitado el sorpasso", como si el objetivo fuera realmente ese, y no ganar las elecciones. Y ya con las vascas y las gallegas, lejos de reconocer el desastre que suponía no ganar ni a las encuestas, que "nosotros no hemos sido, toda la culpa es de los barones".

Lo de Pedro el Empecinado es directamente de manual de Psicopatología. Esos noes noes radicales, repetitivos, mántricos, cerriles, que ni siquiera dejaban una puerta entrabierta a otras opiniones, a otras posibilidades, una salida digna si formar un gobierno alternativo se revelaba imposible... esa falta de asunción de responsabilidades, esa negación obtusa de la realidad, esa forma de aferrarse a imposibles (el pacto a tres con Podemos y Ciudadanos, partidos antagónicos e incompatibles que no quieren saber nada el uno del otro y bien claro que lo han dejado) y esa capacidad de herir profundamente a las otras sensibilidades dentro del partido... todo ese ruido ha culminado en este fin: dos ejecutivas diferentes que no reconocen ni la existencia ni la autoridad la una de la otra.

Repito, esto no es una mera lucha por el poder. Esto son dos formas totalmente opuestas de entender la política y la situación actual, y me temo que son formas irreconciliables, porque o estás por una cosa o por la otra, no se puede estar por las dos.

De todo esto se deducen dos claros vencedores. Podemos, que terminará haciéndose con una parte importante de votantes del PSOE y que no disimula su entusiasmo; y por supuesto Mariano, que sencillamente no tiene que molestarse en hacer nada, solo esperar tranquilamente a que se autodestruyan públicamente en vivo y en directo sus enemigos tradicionales.

Entre tanto, en la web socialista han desaparecido de un plumazo los nombres de los miembros dimitidos de la ejecutiva, a los que se ha negado el paso a la sede ni para recoger sus objetos personales. Un clásico ya para nuestro amigo El Empecinado, que ya hizo exactamente lo mismo cuando se deshizo de Tomás Gómez en la FSM y mandó cambiar las cerraduras para que el defenestrado no pudiera llevarse ni un triste boli.

En fin, sigo observando maravillada y perpleja todo este espectáculo que no tiene nada que envidiar a ninguna serie de esas de culto, tipo "Juego de tronos" o "House of cards". Dudo mucho que la imaginación de esos guionistas pueda superar a la de los guionistas del Partido Socialista. Y por supuesto seguiré narrando y comentando los hechos, como la buena reportera dicharachera que soy o que al menos intento ser.

5 comentarios:

  1. Bla, bla, bla..., partido socialista obrero español vs grupo neoliberal de arribistas nacional semanasanteros. Que se fusionen en Ciudadanos que muchos españoles no estamos para mariconadas y mentiras. Llevamos padeciendo sus incongruencias desde hace décadas y soportando al Isidoro ceboso y neoliberal, al episcopal Corcuera y su ático en 13TV, al que le crece el pelo al golpe de factura millonaria y a la de las becas y sus más de dos lustroso para terminar la dificilisima carrera de Derecho y su largo currículo. Vergüenza de gente y gentuza.

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    1. Lo cierto y verdad es que llevan años cargándose el partido, poniendo cada uno su granito de arena.

      Sánchez no ha hecho sino pegar la puntilla final.

      Muy bueno el artículo de Isaac Rosa hoy en Eldiario

      http://www.eldiario.es/zonacritica/psoe_crisis_socialdemocracia_6_564203597.html

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  2. La cabeza más lúcida del PSOE en toda la historia de la democracia, pero...,
    https://www.youtube.com/watch?v=V_X1RND2xrg

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    1. Totalmente de acuerdo; Borrell es una mente privilegiada y sensata, pero creo que en este aspecto está siendo demasiado benévolo con Sánchez.

      Ninguna referencia a los dos grandes errores que han llevado al partido a esta situación:

      - La falta total de autocrítica tras los resultados electorales cada vez más nefastos (se suponía que estaba ahí para superar los resultados de Rubalcaba)

      - El hecho de haber demonizado, o al menos criminalizado, la opción de la abstención condicionada (defendida, por cierto, por Borrell) cuando era la preferencia de buena parte de compañeros y de votantes. Tú no puedes dar constantemente el mensaje de que los partidarios de la abstención son "secuaces de Rajoy" y quieren que gobierne la derecha. Es un grave insulto, la gente no suele tomarse nada bien ese tipo de desprecios y desde luego no estás invitando a la unidad con ese tipo de posiciones, que por cierto era su segundo gran objetivo, la unidad del partido.

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