jueves, 12 de noviembre de 2015

Los renglones torcidos de Dios

La gente anda torcido. Puede que muchos no os hayáis dado cuenta pero yo lo tengo más que comprobado. Yo y todos los ciclistas que deambulamos por la ciudad y que tenemos que enfrentarnos a diario al errático y oscilante caminar de los viandantes.

Vale, que no es legal ir en bici por la acera, y yo de hecho por las calles medianamente transitables nunca lo hago, pero en las grandes avenidas o las calles con mucho tránsito de vehículos paso de jugármela pedaleando por la calzada, qué quieres que te diga. La historia está plagada de ciclistas muertos arrollados por coches, camiones y autobuses pero pocos podrán recordar el caso de algún peatón muerto atropellado por una bici. Por tanto, aunque lo prohíba la ley, casi siempre dictada por mentes bastante torpes e incapacitadas para la vida práctica, la lógica y las matemáticas aconsejan ir por el lugar menos peligroso para todo el mundo.

Pues eso, amigos, que la gente anda torcido. Pero muy muuuuuuuy torcido. Tú vas por la acera y ves a lo lejos a un peatón y automáticamente vas corrigiendo tu dirección para sobrepasarle por el lado que queda libre. Pero de repente, sin motivo ni razón, ese peatón comienza a desviar su trayectoria y termina torciéndose hacia uno u otro lado, generalmente el lado por el que tú pensabas adelantarle.

Pongamos que se trata de una señora de estas que madrugan por las mañanas para andar. Y no puedes evitar gritar interiormente:

- Pero señora, por diosssss, qué haceeeee? Por qué se tuerce de esa manera, si iba usted perfectamente derechaaaaaaa! Está usted borracha o queeeeeeé???

La pregunta en realidad es: está todo el mundo borracho? Hay muchos más alcohólicos en el mundo de lo que las estadísticas aseguran? Por qué la gente no es capaz de caminar derecha por la calle? A qué vienen esos vaivenes inexplicables en personas aparentemente sanas y sobrias?

Y es científicamente comprobable: cuanto más derecho está andando alguien más posibilidades hay de que realice un súbito e inesperado cambio de trayectoria cuando estás en plena maniobra de adelantamiento.

Esta mañana sin ir más lejos, una muchacha iba caminando mientras hablaba por el móvil y yo a larga distancia hice mis cálculos mentales sobre las posibilidades de adelantarla por la derecha o por la izquierda y finalmente decidí efectuar mi maniobra por la izquierda porque la noté ligeramente inclinada hacia la derecha. Bueno, pues no. Justo cuando estaba a punto de pasarla, la tía va y corrige su trayectoria justo hacia donde yo estaba, con lo cual tuve que pegar un frenazo de la hostia. Y la colega, viendo mi faz pálida y demudada, se queda mirándome con cara de pasmarote como si no pudiera imaginarse de dónde coño había salido yo.

- Pues salgo de detrás de ti, bonita. Que no vas sola por la calle, que hay otra gente que también tiene derecho a la vida!! No puedes ir ocupando toda la acera yendo ora pacá ora pallá sin ton ni son sembrando el desconcierto y el terror entre el resto de viandantes y ciudadanos en general.

Y yo me pregunto: si todos los demás, autobuses, coches, ciclistas, tenemos la obligación de indicar cuando vamos a torcer hacia un lado o simplemente cuando vamos a adelantar por qué no existe esa misma obligación para los peatones, que con esa propensión al andar oscilante e irracional pueden provocar desde sus propios atropellos a peligrosísimos accidentes en cadena. 

Es verdaderamente milagroso que todavía no me haya llevado a nadie por delante, y con pena tengo que decir que los más peligrosos son las señoras que salen a andar por las mañanas y la gente que va caminando con los cascos o los auriculares puestos y que no se entera de nada. Bueno, esos como van en su mundo y de forma voluntaria han anulado su capacidad auditiva para captar los peligros que pueden acechar, es que ni se enteran si les pitas para que se echen a un lado. Ellos para qué? Pudiendo ir tranquilamente por el medio de la acera tarareando alegres cancioncillas para qué se van a molestar en pensar en el pobre ciclista o corredor que van a paso de tortuga tras ellos esperando que por inspiración divina en un momento dado decidan volverse para comprobar que llevan toda una desesperada procesión detrás.

En definitiva, el mundo está lleno de gente que va totalmente a su bola, que encima está fatal de la cabeza y que, para colmo de males, es incapaz de caminar derecha por una acera sin desviarse caprichosamente por mor de vete tú a saber qué extraños impulsos, muy probablemente psicopáticos.

Y las pocas personas racionales que aún quedamos tenemos que hacer todo tipo de equilibrios y malabarismos para no ir por ahí atropellando gente que no pone nada de su parte para no ser atropellada. Y algunos se lo merecerían, tal es la cara de agilipollamiento que llevan. Y luego hay quien se extraña de mi espíritu de Pitufa Gruñona. Con una responsabilidad tan grande como esa, la de ir salvando vidas por ahí, además gratuitamente, cómo queréis que encima esté de buen humor y no proteste? Que una no es de piedra!

8 comentarios:

  1. Circula por la calzada, que es por donde tienes que circular con la bici, como los coches, motos, autobuses, etc. o por el carril bici y con cuidado.
    Que por la acera lo que te puedes encontrar es lo que te encuentras. Y deja de quejarte.
    Un saludito.

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    1. Claaaaaaro. He aquí un visionario. Si voy por la calzada jugándome el pellejo entre locos del volante al mando de peligrosísimos vehículos a motor y me mato dejaré de tener estos problemas y ya no tendré que quejarme.

      Pues no, majete. Seguiré quejándome.

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  2. Además, hay como un imán instintivo que nos lleva a chocar con los demás. Si vas andando por la calle y alguien viene en dirección contraria en la misma línea imaginaria que tú (vamos, que te vas a chocar de frente como no cambies tu trayectoria) como os miréis a los ojos ambos haréis esos movimientos titubeantes como si estuvierais frente a un espejo y, en ocasiones, habrá que tocar a la otra persona para apartarla de una vez.
    Curiosamente, si no hay conexión visual no se producirá ese "baile" sin música.
    Somos seres raros...
    Igual es lo que pasa con lo que cuentas de las bicis y los peatones.
    Si alguien va andando por el carril bici y tú vas detrás, aunque te tires media hora tocando el timbre, en muchas ocasiones no se da el peatón por aludido.
    Y como vaya mirando el móvil ya sí que lo tienes jodido.

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    1. Querido Ardaler, la verdad es que la gente es muy mal andá. Y como sabes, yo soy una persona muy bien andá de toda la vida; tanto es así que existen incluso odas a mis emblemáticos andares por ahí.

      Por eso llevo tan malamente esta falta de talento de mis paisanos para caminar si no con gracia, al menos con cierta coherencia y linealidad.

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  3. Tus andares y tu actitud por la calle siempre me han recordado el primer capítulo de Rayuela.

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    1. Te recuerdo a la Maga?

      Eso requeriría una larga explicación que puedes darme de la manera que prefieras. Incluso en sueños.

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    2. Pero... ¿dónde se puede ver tu andar y tu actitud callejeros? Joer, me jode perdérmelos.

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    3. Es fácil encontrarme, Tú. Cuando veas por la calle a una tía muy bien andá esa soy yo.

      Y si tienes alguna duda me puedes preguntar: Eres tú? Y yo te contestaré: Sí, Tú, soy Yo. A lo que tú me podrás responder: pero si yo soy Yo. Y yo te diré: Vale, tírate de la moto.

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