viernes, 17 de enero de 2020

El pin parental

Sabéis esas cosas sobre las que no se tiene opinión definida o incluso se pueden tener opiniones contrapuestas? Bueno, pues eso me pasa a mí con el tema del pin parental.

Para quien no sepa de qué hablo... se trata de una propuesta de Vox para permitir a los padres vetar que sus hijos participen en actividades en los centros que vayan en contra de sus valores "morales o religiosos".

Ya, ya sé que oído así de sopetón la opinión es clara, sobre todo viniendo de quien viene. Tú oyes lo del "pin parental" seguido de Vox y automáticamente piensas "vade retro, Satanás"

Pero luego vienen los matices, los claroscuros. Porque... y si fuera al revés? Y si los que estuvieran gobernando fueran los de Vox y ellos propusieran talleres en las escuelas sobre, pongamos, el aborto o la eutanasia? Talleres en los que se identificara el aborto con el asesinato de niños, por ejemplo.  Me gustaría a mí que mis hijos asistieran a ese tipo de cursos? No pondría el grito en el cielo yo también?

Habrá quien diga: ya, pero es que esto es distinto, de lo que se trata es de educar en valores. Y yo siempre he sido partidaria de una educación cívica, aquella asignatura que tanta polémica tuvo en su día, Ciudadanía.  Creo que es fundamental en la sociedad que desde la escuela se enseñen a los niños los principios básicos de la convivencia. Pero en una sociedad tan polarizada como la actual y con tanto radicalismo por todas las partes, dónde terminan los valores y dónde empieza el dogmatismo?

Por ejemplo, el tema del lenguaje inclusivo, es educación en valores o es dogmatismo? Emitir a los niños el mensaje de que si no desdoblas constantemente el lenguaje eres un machista o estás hablando incorrectamente qué es exactamente? Porque ése es un valor que yo no comparto, y además va en contra de las más elementales normas dictadas por el organismo oficial encargado de la lengua española, la RAE. Y si no quiero que a mis hijos se les mande ese mensaje, a mi modo de entender erróneo?

Otro de los temas más espinosos: la sexualidad. Es admisible para mí que alguien diga que la homosexualidad o la transexualidad son una aberración? En absoluto. Pero es que tampoco admito que alguien diga que la heterosexualidad es una forma poco sana de vivir la sexualidad, como afirma sin el menor empacho la nueva directora del Instituto de la Mujer,  Beatriz Gimeno. Es que no admito que alguien me dicte cuál es la sexualidad correcta o más adecuada. Es que no admito que nadie se meta en mi cama ni quiero que se meta en la de mis hijos.  Dejarán alguna vez los políticos de todo pelaje de intentar colarse en nuestros dormitorios?? No me gustaría entonces poder recurrir a algo parecido a ese pin parental para negarme a ningún tipo de adoctrinamiento en materia sexual? En fin, que es más complicado de lo que a simple vista parece.

Esto de analizar los variados matices de un tema complejo y no terminar de posicionarme a favor o en contra me sitúa en un "virtuoso" término medio que en estos tiempos de radicalización poca gente sabrá valorar probablemente. El otro día un tipo en Twitter me decía que yo era fijo un troll porque si no no se explicaba que con los años que llevo en la red sólo tenga 144 seguidores. Pues sí, amigo, se explica justamente por esto, porque en mi virtuoso término medio a veces despierto la adhesión incondicional de un lado, que sin embargo huye despavorido en cuanto toco algún otro tema en el que ya no estamos tan de acuerdo. Por eso hay voxeros que me hacen la ola cuando despotrico del radfem, que se convierten en mis fans más apasionados y me aplauden con fervor... los mismos que cuando toco el tema del aborto o la eutanasia dejan de seguirme de inmediato, no sin antes ponerme a parir. Y a la viceversa igual. Podemitas que quieren casarse conmigo cuando defiendo como una loba el derecho a una muerte digna o las renovables o la diversidad sexual o la república y que me lapidan indignados en cuanto pongo en tela de juicio la sacrosanta doctrina de género.

Pensándolo bien, lo que es un milagro es que todavía tenga 144 seguidores que no han salido corriendo o que haya alguien que aún siga leyendo este blog.

6 comentarios:

  1. Que bien escribes, coño, como me gustan tus análisis

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    1. Y esto sí que es un milagro.

      Despertar esta pasión incondicional, diga lo que diga y hable de lo que hable.

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  2. Yo si te creo, digo.... yo si te leo, hermana.

    A veces estoy de acuerdo contigo, otras no, otras a medias (bah, más veces que si que que no). Pero no se puede contentar a todos todo el tiempo. Y cuando alguien argumenta medio bien, se agradece.

    Sobre el pin, yo estoy en contra, por sistema, o por filosofía. El currículo escolar tiene (debe tener) unos contenidos mínimos que consideramos necesarios, y no vale que alguien decida `por su cuenta que esto sí y esto no (sea el aborto, sea la fórmula del agua, sea la redondez de la tierra, sea la historia de La Rioja).

    El problema es más profundo: es quién y cómo desarrolla ese currículo, y quién y como lo pone en funcionamiento. Particularmente, desconfío mucho, muchísimo de la idoneidad de esos cursos sobre sexualidad, que sin saberlo de seguro, me malicio que estarán "atravesados" de sexismo hembrista, mala ciencia, dogmas posmodernistas y unicornios rosas.

    Un salludo
    Santi

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    1. Hola Santi. La verdad es que todo este asunto es un tanto sospechoso. He sabido que lo del pin parental lleva funcionando desde septiembre en Murcia y ahora de repente se monta el escándalo, en enero. No se había dado cuenta nadie hasta ahora de que en Murcia los padres llevaban ya tiempo dando su autorización para las actividades extracurriculares? En fin, nos cuelan estos debates como les da la gana cuando les da la gana.

      En realidad, y sin haber llegado aún a tener una opinión clara sobre el asunto, sí me llama la atención que los padres podamos autorizar una visita a un museo o una excursión al jardín botánico y no una charla o un taller extracurricular. Es de suponer que si podemos dar nuestro consentimiento para una cosa también deberíamos poder darla para la otra.

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    2. He encontrado en el Diario Córdoba este interesante artículo de Clara Gregorio Rey que viene a decir lo mismo más o menos:

      https://www.diariocordoba.com/noticias/opinion/poner_1349148.html

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  3. Y perdón por las faltas de ortografía

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