miércoles, 7 de febrero de 2018

Soledad

Mucha gente le tiene un miedo atroz a la soledad. Es algo que me deja perpleja por completo, para mí es de todo punto incomprensible ese gregarismo compulsivo.

Ya lo he contado otras veces: en el tren hay gente que se sube y no se sienta hasta que no ha encontrado a alguien con quien pegar la hebra. Joder, que son cuatro minutos de viaje! Pues nada, ni ese ratillo son capaces de estar solos. Como yo soy todo lo contrario y busco la soledad con constancia y ahínco me sobrepasa esa actitud, no consigo entenderla. Cuando veo a alguien recorriendo los vagones con la parabólica puesta a la caza desesperada de compañía no puedo evitar sentir un escalofrío de terror.

Puede que mi amor a la soledad sea enfermizo, es posible. Pero para mí esto lo es muchísimo más. Esa incapacidad de quedarse a solas con uno mismo durante un período de tiempo mínimo es patológica.

También conozco gente que es incapaz de ir a desayunar sola. Antes prefiere no desayunar. No me explico la necesidad que tiene la gente de estar hablando todo el rato, incluso cuando están comiendo. Bocao a la tostada y blablablabla... Así tiene la mayoría el estómago, que ni mastican la comida en condiciones ni nada. Cómo van a masticar si no paran de rajar?

Con lo agusto que se desayuna tranquilamente leyendo la prensa o un libro, sin tener que abrir la boca más que para morder la tostada o darle un sorbo al café. Pues no.

Esas personas que se recorren tooooooooodo el tren buscando al desgraciao de turno con el que apalancarse tienen que tener un vacío vital de dimensiones mastodónticas. Cómo si no se explica ese terror a pasar el corto trayecto sin hablar con nadie?

No sé, tal vez si dedican un par de  minutos a reflexionar sobre algo entren en una profunda depresión y por eso prefieren cascar sin parar, porque mientras hablan o escuchan a otro hablar no tienen que pensar ni deprimirse.

Puede que tengan infinidad de problemas y la única manera de no darles vueltas sea entrar en esa vorágine papagallil sin fin. No dejar un resquicio para que el silencio entre en sus vidas porque podría ser terriblemente peligroso para su integridad emocional.

Mi teoría es que mucha gente busca pareja o se aguanta con una relación horrible con el único objeto de no estar solos. Porque claro, si no son capaces de aguantar ni los cuatro minutos esos hasta el trabajo o el rato del desayuno cómo van a poder soportar horas y horas en sus casas?


Luego es curioso, porque muchos cuando por fin encuentran a alguien con quien sentarse después de buscar arduamente lo que hacen es sentarse y sacar el móvil para escribirle a otra persona. Es decir, se buscan entre sí para no estar solos pero luego se comunican por el móvil como si lo estuvieran. Pero qué coño le pasa a todo el mundo?

Mi perplejidad cuando observo las absurdas costumbres de esta extraña especie no tiene fin. No salgo de mi asombro y cada día me siento más alejada de mis congéneres. Mi misantropía, tengo que reconocerlo, va en aumento. Me gustan mucho más los animales, ellos tienen a su dueño que es con quien quieren estar y el resto de la gente y los otros bichos se la traen al pairo porque ni les dan de comer ni les sacan de paseo ni nada. No necesitan relacionarse tontamente con quien no les aporta ningún beneficio.

Por eso estoy completamente convencida de que la especie humana se irá a tomar por culo tarde o temprano, dada su imbecilidad manifiesta. Unos seres que son incapaces de quedarse a solas consigo mismos dos minutos seguidos sólo pueden estar destinados a desaparecer. A poco que funcione la evolución de las especies no duramos ni medio siglo.

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