miércoles, 14 de febrero de 2018

El corazón en un puño y en el puño cuatro truños

Aviso de que este post va de mierdas de perros y de que es un poco guarro, por si alguien prefiere ahorrarse la lectura y pasar directamente a otra cosa mariposa.

Los sucesos que relato ocurrieron anoche, mientras iba paseando a Miss Bimba, mi perrilla, como de  costumbre. Normalmente aprovecho este paseo nocturno para hacer mis compras de diario pero procuro antes de entregarme al vil consumismo que la perra vaya bien meada y cagada como corresponde.

Pues bien, efectivamente a los dos minutos de estar en la calle me dirijo al sitio favorito de Miss Bimba para cagar, que son los matorrales de la avenida. También es mi sitio favorito para que ella cague porque así no tengo que recoger sus cacas, ya que al ser materia orgánica donde mejor pueden estar es en  los matorrales sirviendo de abono a la tierra... En fin, que la perra da sus cuatro vueltas pertinentes, preludio del acto defecatorio (recordaréis que el Manolo daba dos, pero claro, ella es el doble de grande así que necesitará centrifugar un poco más, digo yo) y procede al acto en sí.

Una vez satisfechas las necesidades excretatorias de mi perrita ya me quedo yo tranquila y decido hacer mis compras.  Total, que salgo de la zona de confort cagatorio y me dirijo hacia la tienda en cuestión, la vinacoteca. Estoy allí un ratito, charlo con el tendero, selecciono la mercancía y la compro, concretamente un par de vinos de mi gusto, y salgo toda feliz con la satisfacción del deber cumplido (perra meada y cagada, vinos comprados), ya para casa directamente.

En éstas que a mitad de la calle Miss Bimba da ostensibles muestras de nerviosismo y comienza a dar vueltas.

Oh, no, cielosssss, otra vez noooooooo! Aquí nooooooooo!

Pues sí, aquí. La perra da sus cuatro vueltas de rigor, se agacha en posición expulsiva y allí que suelta en mitad de la acera cuatro truños cuatro (tantos como vueltas) de considerables proporciones; increíble que de un cuerpecillo de 8 kilos pueda salir esa cantidad de mierda.

Momento pánico. Obviamente tengo que recoger los truños y tirarlos a una papelera porque donde están no los puedo dejar para que cualquier pobre incauto los pise y se lleve la mierda a su casa. Pero es que la hijaputa la perra ha cagado en el lugar estratégicamente situado más lejos de una papelera de todo el barrio.

Hago cálculos mentales puesto que me conozco todas las papeleras de la zona, y la más cercana puede estar perfectamente a unos 200 metros de donde me encuentro. La madre que parió a la puta perra! No había sitios pa cagar! Y además... si ya había cagao, coñññño! Esto ha sido a pura traición. Y encima CUATROOOOOO! Toma yaaaaaa!

Tooooootaaaaaaá! Que agarro los cuatro truños dentro de un pañuelo de papel porque paso de usar las bolsitas de plástico que se venden a tales efectos puesto que bastante plástico hay ya guarreando el mundo como para que yo añada más para recoger las mierdas de mi perra. Y agarrando con mucho asquito el klínex por las puntas a modo de paquetito con los cuatro truños dentro me debato sobre la dirección a tomar. Al final opto por ir hacia la zona más oscura porque no es plato de gusto que la pillen a una con una bolsa de exquisitos vinos en una mano y en la otra con un pañuelo lleno de mojones. Y de todas formas las papeleras están igual de lejos para un lado que para otro.

Y de esta guisa, con la nariz arrugada y la mano portadora de las cuatro cacas lo más alejada posible del cuerpo me dirijo hacia la zona más discreta pensando que es poco probable cruzarme con alguien por ese camino. Y una mierdaaaaaaaa! Otra más pa la colección. Por lo menos me crucé con 10 personas,  yo creo que por ahí no ha pasado más gente jamás en la vida a esa hora. Y para esquivar a la peña yo venga a tirar pa un lado y pa otro, plan Chiquito de la Calzada,  alargando así cada vez más el momento de soltar los ñordos, que ya se estaban petrificando en mi mano.

La puta perra más feliz que una perdiz moviendo alegremente su culito vaciado y yo haciendo el gilipollas por to el barrio con el brazo estirado, jaaaaarl no puedoooooooor, con las cuatro mierdas.

ME CAGO EN TO SU NACIÓN! JAPUTA!

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