jueves, 13 de abril de 2017

Malas pulgas

Hola amigos. Estaréis ardiendo en deseos, en un sinvivir, mordiéndoos las uñas to desesperaos por saber cómo me está yendo estas vacaciones con las supernenas. Pos vale, no os voy a hacer sufrir más, os cuento.

Ayer llevé a las chicas a operarlas para esterilizarlas. Tendríais que verlas, son unas campeonas las tías. Les quitaron el útero y los ovarios, que ahí es nada, y tienen unos costurones que dan miedo. Y están como rosas las cabronas!!! Vinieron caminando desde la clínica, y aunque anoche lucían pelín mustias (sobre todo la Lolilla) esta mañana estaban como si nada. Nunca dejaré de asombrarme de la capacidad de aguante de los animales.

Últimamente estoy aprendiendo un montón de cosas. Me estoy empapando de etología perruna tragándome a destajo vídeos del programa "Malas pulgas",  que recomiendo a todo el mundo que quiera saber del tema porque es bastante ilustrativo, a pesar de que Borja, el adiestrador, me cae un pelín gordo, la verdad. Es que ya hasta el pijinombre echa para atrás.

Pero bueno, quiero dejar constancia de unas cuantas cosas básicas que he aprendido y que me gustaría compartir con mis escasos pero fieles seguidores.

1. Los perros no son personas, nada de andropomorfizarlos. Sobre todo esto ocurre con los perros pequeños, que a menudo los tomamos por bebés. A mí me pasó con el Manolo, que lo cogí cachorro y lo convertí en mi niño chico. Y así me tenía el cabroncete, en la palma de la mano; hacía conmigo lo que quería.  Era el puto amo, y lo sabía.  No, amigos, con él lo hice mal. Sé que fue un perrito feliz pero yo no fui una buena ama y aunque sea a posteriori tengo que reconocerlo. No me molesté en dedicarle tiempo para educarlo y siempre lo traté como a una persona y no como lo que era, un perro. Muy mal por mi parte,  aunque tarde entono el mea culpa. Con las nenas no pienso cometer el mismo error. Aunque las llame nenas, tranquilos, que sé lo que son.

2. El macho alfa de la manada eres tú, nunca pueden ser ellos. Ése fue mi principal error con el Manolo. Ellos son perros y el lenguaje que entienden es que hay alguien que manda y alguien que obedece, y si tú no sabes mandar ellos se ven en la obligación de hacerlo por ti. Les estás echando encima una responsabilidad que no les corresponde porque quien debería dirigir el cotarro eres tú, que para eso has tomado la decisión de adoptarlos. Por tanto, dejar claro desde el principio quién manda es importantísimo; de hecho es lo fundamental.

3. Siempre salir de casa antes, ellos detrás. Muy importante para que ellos sepan que el paseo lo dominas tú. Esto es consecuencia del punto anterior. Si tú eres el amo, vas delante siempre, y por supuesto, diriges la manada. Esto es bastante fácil, sólo tienes que adelantarte tú y no dejarlos pasar el umbral de la puerta hasta que les des permiso. Ojalá todo fuera igual de sencillo.

4. Toques permanentes. Sea cual sea el problema que tengas con tu perro la solución pasa por darle toques de atención que lo distraigan. Si es agresivo con otros perros... toques. Si olisquea el suelo... toques. Si tira de la correa... toques. Si ladra... toques. Los toques hacen que momentáneamente se despiste y deje de hacer aquello que no quieres que haga. Hay que darle como pequeñas mordidas humanas, lo que haría su madre pero simulándolo tú con la mano. Y si va caminando leves pataditas en el lomo. Como diciéndole: Ein? Y te pones todo lo pesado que haga falta porque para pesados, ellos, que van a insistir una y otra vez hasta hartarte. En eso son peores que los nenes chicos.

5. No acariciarlos nunca cuando están nerviosos. Esto tiene mucho que ver con la antropomorfización del animal. Si tú acaricias a un perro cuando está agresivo o nervioso o ansioso con la intención de tranquilizarlo el mensaje que le estás transmitiendo es: "me gusta que estés así y por eso te acaricio y te quiero". Él no entiende que lo que pretendes es tranquilizarlo, cree que le estás felicitando por su comportamiento. Los premios, las caricias y los mimitos se les dan cuando se estén portando bien, cuando están ya tranquilos. Es la forma de decirles: muy bien, chico, así me gusta.

Pues bien, todas estas cosas de etología canina básica y muchas más adicionales estoy aprendiendo yo con el "Malas pulgas".

Tengo que darle las gracias a mi novio, que fue quien empezó a chuparse programas a punta pala y que intentó insistentemente meterme el gusanillo, durante mucho tiempo en vano (uyssssss, qué raro ha sonado esto, no?).

Hasta que un buen día, movida por la desesperación, empecé a verlos. Y me enganché. Y ahora me he convertido en auténtica forofa, tanto o más que él.

Ah, y gracias también por ver los programas conmigo, aunque a distancia, para ir comentando las jugadas más interesantes. Por ser mi cómplice en esta aventura. No tiene precio compartir algo así con alguien que está tan entregado a la causa perruna como tú misma.

No sé en qué momento se me apareció el hada madrina que me trajo este novio, pero fue un gran golpe de suerte. La verdad es que sin su ayuda no sé si lo del Manolo y lo de las nenas lo habría llevado tan bien.

Desde aquí te lo digo: eres un pedazo de novio.

Y a las nenas: sois unas pedazo de perras, y estoy muy orgullosa de vosotras.

Hala, pos ya está dicho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario