lunes, 30 de octubre de 2017

Mujeres, hombres y... 155

Que nooooo, tranquilos, no os acojonéis, que no os voy a dar la matraca otra vez con el Puigdramón. Lo que pasa es que me hacía ilusión meter el 155 en el título,  y así los graciosillos que lo lean podrán decir aquello de "por el culo te la hinco".

Hoy voy a disertar sobre otro asunto no menos apasionante. Estaréis al tanto del caso del productor de Hollywood acusado de acoso sexual y del movimiento que ha surgido en las redes sociales bajo la etiqueta "Me too". Miles de mujeres están adhiriéndose a este movimiento y contando sus propias experiencias de acoso. Parece claro que la que más y la que menos ha tenido alguna vez en su vida algún mal rollo de éstos. Quién no ha cruzado alguna vez de acera al pasar por una obra, o cerca de un grupito de tíos (que hay que ver lo que se crecen los cabrones cuando van en comandita), o ha tenido que soportar en el bus que le restriegue la cebolleta algún salido? Ya el acoso en el lugar de trabajo es otra cosa y tiene connotaciones bastante más graves porque es difícil sustraerse a él. A trabajar hay que ir sí o sí y no te puedes cambiar de acera ni bajarte en la siguiente parada.

Pero no es de eso exactamente de lo que yo quería hablar. Hay poco que discutir sobre este asunto porque estaremos todos de acuerdo en que es positivo que salgan a la luz todas estas cosas para que a los cerdos que se dedican a babosear a las tías, cuando no algo peor, al menos se les caiga la cara al suelo de vergüenza al ser destapadas sus hazañas.

Mi pretensión hoy es hacer un poco de autocrítica femenina porque las tías también tenemos tres días con pasao mañana.  Y en torno a este tema de cómo nos relacionamos con los tíos hay mucha hipocresía. Por ejemplo, las tías obtenemos bastante provecho de nuestra condición femenina y del efecto que ejercemos sobre los hombres, y eso es así. Yo me he aprovechado un montón de veces para inflarme a copas gratis, o para conseguir que me cambien una rueda. Y de la misma manera muchas tías usan un físico atractivo claramente para conseguir un trabajo o para obtener algún tipo de beneficio.

La prostitución es el paradigma de uso del cuerpo para obtener beneficio económico. Yo siempre he visto de puta madre que mientras haya tíos dispuestos a pagar por follar haya tías que se ganen la vida dando ese servicio. A la viceversa es un negocio bastante ruinoso porque hay pocas tías dispuestas a pagar por algo que no les cuesta ningún trabajo conseguir gratis.

Y también nos aprovechamos de ser mujeres para cosas tan simples como que ellos nos inviten sistemáticamente. Yo flipo un montón cuando veo el First Date. Se nos llena la boca de igualdad pero cuando las camareras llevan la cuenta a las mesas en el 95% de los casos el tío se ofrece a pagar y ellas con un leve pestañeo se guardan el dinero que habían sacado y dicen con coquetería:

- Uyyyy, qué caballeroso!

Qué caballeroso no, tía, qué morro tienes tú! Porque si de verdad crees que somos iguales tú no le dejas que te pague la cena. Pagáis a medias y luego si sigues saliendo con él en cenas sucesivas ya se verá quién paga en función del poder adquisitivo de cada uno o de lo que sea, pero en una primera cita dejar que te invite el tío alegando una caballerosidad rancia y demodé es echarle una jeta que pa qué. Bueno, pues casi todas lo hacen, y seguro que no les da ni vergüenza.

En fin, que mucha igualdad y mucha polla pero cuando toca apoquinar que pague el tío. Y algunas incluso se ofenden y se cabrean si él no dice de invitarlas, a tal punto llega el morramen. Con el agravante de que al entrar en el programa le dan a cada uno el dinero de la cena, y encima ratean.

Otra cosa con la que flipo es cuando la tía lleva un pedazo de escote impresionante y coloca las tetas encima de la mesa de modo que el partenaire queda aturdido por completo y no puede apartar la mirada de las ubres de la dama. Y luego va la tía y se queja  en los apartes:

- Ayyyyyy, es que no me ha mirado a los ojos ni una sola vez!

Pero cómo quieres que te mire a los ojos, so petarda, si le tienes unas tetas como carretas puestas delante de las narices?

O bien comenta asi con los morritos fruncidos durante la cena:

- Yo lo que busco es un hombre que me valore por mi interior y no por mi físico.

Clarooooooo! Y mientras el muchacho está mirando estrábico perdido tus preciosas tetas tiene que estar pensando en la maravillosa alma que se esconde tras ellas.

La pura realidad es que muchas tías, la inmensa mayoría, nos valemos de nuestro físico para conseguir cosas, y por supuesto sacamos el máximo partido a nuestra condición femenina aunque luego nos pasamos la vida quejándonos del machismo imperante. Y todas sabemos que cuando nos ponemos una minifalda es porque queremos que nos miren (y admiren) las piernas, y cuando nos ponemos un escote queremos que nos miren (y admiren) las tetas, del mismo modo que cuando un tío se pone un bañador turbo quiere que le miren (y admiren) el paquete.

Con esto no quiero decir que te tengan que violar ni tengas que soportar que te soben el culo ni te metan mano, en absoluto, pero lo que no puedes decir es que no te gusta que te miren porque es mentira. Si no te gusta que te miren es fácil ponerse ropa con la que no te miraría ni tu madre, pero si llevas las tetas fuera te las van a mirar fijo los tíos, las tías y hasta los chuchos. Si fuéramos un poquito menos hipócritas reconoceríamos esto sin problemas.

Y luego lo otro, el beneficio económico que obtenemos por pertenecer a nuestro género. Quién no se ha dejado invitar a una copa, o a 17? Quién no ha aguantado estoicamente alguna vez la chapa de un tío que le ha invitado? Todas. Yo ha habido días que he vuelto a mi casa con el monedero intacto, y la verdad, no me ha venido mal porque casi siempre estaba más tiesa que la mojama.

Que esto no justifica que haya hijosdeputa que se creen con derecho a abusar de todo lo que se menea, como el caso del productor  de Hollywood y como muchos otros en todos los ámbitos laborales? Por supuesto. Pero es justo reconocer que muchas de esas tías se acercaron a ese productor y estuvieron dispuestas a satisfacer sus requerimientos esperando obtener algún beneficio a cambio, aunque lo hicieran muertas de asco. Y habría otras que no se prestaron y se quedaron sin trabajo. Que el tío es un cabrón y un cerdo? Totalmente. Pero que nosotras tampoco somos unas ingenuas doncellas que nos chupamos el dedo también.

He dicho.




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