domingo, 6 de agosto de 2017

Turismofobia

Pues ya lo siento, ya, pero anoche se repitió el fenómeno y volví a estar de acuerdo con Marhuenda en otro momento de La Sexta Noche. Esta vez con el tema de la turismofobia, esa cosa de la que de repente habla todo el mundo y de la que hasta hace unos meses no se sabía nada de nada. Marhuenda se chotea de este fenómeno y yo no puedo más que hacer lo mismo.

Conste que hablo como turismofóbica de toda la vida. No sabía que existía esta patología pero una vez conocido el término ya le puedo poner nombre a esa aversión natural que desde hace años me vienen provocando los lugares atestados de personas en general y de turistas en particular. Por tanto no me cuesta comprender el sentimiento de repulsa que por lo visto ahora siente mucha otra gente hacia esa masificación que se da en muchas playas, ciudades y pueblos del mundo entero.

Por supuesto rechazo totalmente las manifestaciones violentas de los tarados que se dedican a quemar autobuses o a pinchar bicis en algunas grandes ciudades, concretamente que yo sepa, en Barcelona. Por cierto, una ciudad que visité hace años como una turista más, despotricando naturalmente de todos los demás turistas que no eran yo, que parecían haberse puesto de acuerdo en joderme la visita paseando ellos en el mismo día y a la misma hora por donde yo querría haber paseado sola, a ser posible.

Porque lo que me llama más la atención es que mucha de esa gente que se ha apuntado a la nueva fobia luego no tiene el menor reparo en viajar compulsivamente de un lado para otro convirtiéndose a su vez en el mismo turista del que abomina cuando el turista es otro y el sitio que visita es su ciudad.

No me imagino a todos esos de las CUP que andan tan exaltados escribiendo pintadas del tipo "Guiris go home", sin moverse de Barcelona jamás, sin coger un tren ni un avión, perennes en sus casas poniendo a parir a todos aquéllos que han tomado la abominable decisión de visitar su ciudad. Me apuesto la cabeza a que la mayor parte de ellos viajan todo lo que pueden, y no me extrañaría que lo hicieran en plan mochilero, buscándose pisos turísticos lo más baratos posibles donde poder meterse tropecientos gastando lo justo. Vamos, plan turismo muy muy muy low cost.

Hay alguien por aquí que no haya sido turista alguna vez? Me parece a mí que no, que en algún momento de nuestra vida todos lo hemos sido. Por eso el quid está en que no es que no nos gusten los turistas; lo que aborrecemos son los turistas que están en el mismo sitio en el que estamos nosotros.

Hijosdeputa, cómo se les ocurre venir a invadir nuestra hermosa ciudad, con la de ciudades de mierda que hay por ahí para poder invadirlas tranquilamente? Y por qué a todas esas hordas de cerdos cabrones les da por venir a París justo en las mismas fechas en las que hemos decidido venir nosotros? Y encima a los mismos sitios, los mu mamoneeeees!!!!!! Es indignante! Que vas a la Torre Eiffel? Allí están los muy asquerosos! Que quieres ir al Louvre? O a los Campos Elíseos, o a Montmartre o al Sacre Coeur o a dar un paseo por el Sena? Hosssstia, allí están también para joderte el día!!!! Repugnantes turistas de mierrrrrda!

Y básicamente en esto consiste la turismofobia, en hacer uno todo el turismo que le dé la gana a la par que se odia a muerte a todos los demás que hacen exactamente lo mismo.

Marhuenda, volvemos a estar de acuerdo. Empiezo a preocuparme seriamente.

4 comentarios:

  1. En parte sí, pero no solo eso es turismofobia. Esa sería la típica visión plana y simple. Y más que emplear una palabra forzada y prejuiciosa, la esencia del asunto radica en la positiva y negativa situación que genera el exceso de las cosas, como en cualquier ámbito de la vida. La revisión inteligente de un sector esencial que puede morir de éxito o, cuando menos, hacer inhabitables lugares para sus propios moradores. Tema complejo y de complejas soluciones a corto plazo.

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    1. Para demostrar que se puede estar a la vez de acuerdo con Marhuenda y con Martínez, aquí estoy yo.

      Martínez, todos estamos de acuerdo en que el turismo hay que regularlo y hay que estudiar y resolver los problemas de convivencia que ocasiona. Hasta Marhuenda, te lo prometo. Hay cuestiones tan simples, como tú dices, que no admiten discusión.

      Otra cosa es que esto de la turismofobia se haya convertido en el tema estrella del verano y que la inmensa mayoría de los turismofóbicos sean de boquilla porque a la hora de la verdad ellos mismos alimentan con sus viajes lo mismo que critican.

      Yo me creeré a un turismofóbico cuando sea como yo, alguien que jamás viaja en temporadas altas y medias y que odia los sitios empetaos de gente, pero de verdad.

      Lo demás es puro postureo. Y trending topics a los que se apunta to la progresía automáticamente. Porque sí.

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    2. Por cierto, creo que el problema del turismo es principalmente un tema de civismo.

      No molesta el turismo low cost, que ese lo practica todo el mundo que no sea rico; lo que molesta son las actitudes bárbaras: gente que molesta en los pisos a los vecinos, gente que en la calle es una guarra, gente que sólo se dedica a beber y a joder... Si eso no existiera nadie protestaría.

      Por qué no atajamos el tema atacando el anticivismo más que al turismo en general? Echemos automáticamente a sus países a todos los salvajes que nos visitan y en unos años nos hemos quitado el problema de encima.

      Otro asunto es lo de la gentrificación, pero eso pasa con y sin turismo. Los barrios que se ponen de moda echan a los habitantes de toda la vida.

      Eso pasa de siempre, y no es culpa del turismo. Harlem era un barrio de mierda en el que solo vivían tiraos y marginaos y tú ahora intenta comprarte un piso en Harlem. Es lo que pasa cuando se mitifica un sitio.

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  2. Te ha quedado muy culto eso de la gentrificación. Si es que lo tienes todo niñaaaaa.

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