jueves, 13 de agosto de 2020

Historia Real

Leyendo historias por ahí me encuentro en eldiario.es con un relato ficticio bastante gracioso de un tipo que se llama José A. Pérez Ledo sobre un hipotético final de la monarquía borbónica allá por el año 2040. 

Cuelgo el enlace por si alguien tiene interés en leerlo:

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/monarquia-espanola-2040-humor-ficcion-satira_129_6159232.html#click=https://t.co/hu1gBkLCQV

Después de echarme unas risas con el amigo Ledo, dándole vueltas al asunto y pensando que veinte años es demasiado para una persona como yo, que procede de familia poco longeva, como ya sabéis que mi imaginación da para mucho, he decidido acortar los plazos y proponer un final feliz mucho más cercano. Pongamos que podría ser... para dentro de 4 años??

Os pongo en situación. Año 2024. La infanta Sofía, hermana de la heredera al trono, da el bombazo. Hace años que lo sabe, aunque ha mantenido en silencio su tortura psicológica para no perjudicar a su hermana y por ende a la Institución Monárquica, pero ya no puede más y decide salir del armario. Confiesa en Instagram que es un hombre encerrado en el cuerpo de una mujer y que va a empezar un tratamiento de reasignación de sexo para sentirse por fin en paz y conforme a su naturaleza masculina. 

Tremendo problema institucional, puesto que la Constitución recoge muy claramente que en la sucesión a la Corona prima el varón sobre la mujer, y por otra parte en las leyes sobre transexualidad también se explicita que en una reasignación de género la persona pasa automáticamente a tener legalmente la nueva identidad elegida. Por tanto, el heredero a la Corona ahora tendría que ser el príncipe Sofío en detrimento de la hasta ahora heredera, la infanta Leonor. Además debería traspasarle el título que por tradición le corresponde al heredero, que volvería a ser Príncipe de Asturias en lugar de Princesa. Para más inri la niña, ahora niño, cuelga una foto en Instagram presentando a su pareja, que no es otra que Jorge Javier Vázquez. Cágate lorito.

Os podéis imaginar la que se lía. El Gobierno to loco, la Casa Real al borde de un ataque de nervios. Para evitar el desastre hay que cambiar a toda prisa la Constitución, algo que no se habían atrevido a hacer hasta ahora para no abrir el melón monárquico. Con las hordas republicanas tocando el tamtam y salivando cual perrito de Pavlov, con los monárquicos de toda la vida echándose las manos a la cabeza de pensar en un transexual como rey y en Jorge Javier como rey consorte.... los de Podemos, ERC, PNV y Bildu diciendo que si se va a cambiar el capítulo de la Corona ya de paso quieren referéndum sobre la Monarquía y sobre la independencia de Cataluña y el País Vasco, que qué coño es eso de cambiar lo que a los poderosos les sale de los cojones cuando les interesa y no tocar lo demás.

Total, que el rey Felipe, harto de coles, entre los disgustos que le ha dado el crápula de su padre toda la vida, luego haber tenido que aguantar las jetas de Letizia los últimos 20 años, y ahora la niña, que le sale niño y encima se echa el novio que se echa.... viendo venir que al final sus propios súbditos lo lanzan a gorrazos y va a tener que salir por pies al estilo de sus antepasados Borbones, llevándose lo puesto y con la dignidad real por los subsuelos, en un alarde de sensatez sólo imaginable en alguien tan estupendamente preparado como él, decide libremente pactar la derogación de la Monarquía y la proclamación de la República, siempre y cuando le dejen un par de palacios o cuatro, el yate real, una pensión vitalicia millonaria, el tratamiento también vitalicio de Majestad y la posibilidad de divorciarse de Letizia y marcarse un enriqueponce con una amiga de su hija Leonor de la que está profundamente enamorado.

Y así será, queridos amigos, como el país vivirá dentro de 4 años otra transición aún más modélica que la anterior, totalmente pacífica e incruenta, que nos traerá por lo menos otros 40 años de felicidad y prosperidad en el seno de una hermosa República Democrática Española.

The end. 

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