martes, 30 de octubre de 2018

Palabras gruesas

Escribe Vargas Llosa un interesante artículo este finde en El País titulado "Hispanidad, mala palabra?".  Se puede estar más o menos de acuerdo con él pero es una exposición bastante respetuosa con otras opiniones, aunque la suya es que el concepto de "hispanidad" debe ser reivindicado en su aspecto positivo de concordia cultural y lingüística entre España y los países de Latinoamérica.

Copio el enlace por si alguien está interesado en leerlo completo:

https://elpais.com/elpais/2018/10/25/opinion/1540480036_431820.html

Para quien no se anime a leerlo completo le cuelgo un par de párrafos para que se haga una idea:

La Hispanidad es un concepto muy ancho, por supuesto, y aunque sin duda los conquistadores se cobijan en él, y también los inquisidores, y los dictadorzuelos de toda índole que ensucian nuestra historia, en él están presentes los mejores pensadores y poetas y luchadores por las buenas causas —la libertad, la más importante de ellas— que hemos tenido en España y en América, y los héroes civiles y anónimos que dedicaron su vida a ideales que siguen siendo actuales y admirables. Sería aberrante creer que España es sólo Franco; también lo son los millones de demócratas que sufrieron por serlo persecución, cárcel y fusilamiento, o un exilio de muchos años.

El 12 de octubre celebra, no los años oscuros y la pesada tradición de censura, represiones, guerras civiles y oscurantismo, sino que la España de hoy día haya dejado atrás todo aquello y ojalá que sea para siempre. No hay razón alguna para avergonzarse de lo que representa la palabra Hispanidad, la que, dicho sea de paso, ahora rima con libertad.

Éste es más o menos el tono de todo el texto. Bueno, pues tendríais que ver la cantidad de gente que lo ha puesto de fascista para arriba por las redes. Fascista. Ese palabro que circula constantemente ahora por todas partes para referirse a cualquiera que opine diferente a uno o que pìense, por ejemplo,  que la transición española no se hizo tan rematadamente mal como algunos pretenden.

Unos cuantos días antes de esto en el Parlamento español Pablo Casado espeta, o más bien esputa, al Presidente Sánchez que es un golpista. Golpista. Por intentar negociar los presupuestos con los independentistas catalanes.

Éstos son sólo dos ejemplos, pero hay muchos más: terroristas, nazis, etc.  Constantemente se hace un uso frívolo e irresponsable de palabras de significados muy graves, despojándolas así de la fuerte carga semántica que tienen.

No sé si la gente será consciente de ese efecto. De cómo decirle fascista o golpista a cualquiera tiene como consecuencia la devaluación semántica del concepto. Si Vargas Llosa es fascista por reivindicar un lazo cultural con América Latina o por ser un entusiasta del liberalismo ecónomico qué sentido tiene utilizar ese término para referirse a Mussolini, por ejemplo?? O si hablamos de Pedro Sánchez como un golpista entonces qué fue Tejero??

De todas formas es predicar en el desierto. Por mucho que le hagas notar esto a la gente el uso de palabras fuertes se ha generalizado y está tan extendido que ya a estas alturas es inútil intentar ponerle coto. Que no me gusta lo que dices? Eres un fascista. O peor todavía, un nazi. Que Bildu te aprueba los presupuestos o te apoya en cualquier ley? Eres un terrorista. Para qué nos vamos a andar con tontas sutilezas?

En fin, palabras gruesas para mentes flacas. Es lo que hay.

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